Una niña de 4 años en lucha contra el cáncer logra abrazar nuevamente al padre luego de 7 semanas de distanciamiento
Cuando nace un hijo es difícil imaginar de poder amar aún más a cualquier otra persona. En el fondo, es algo absolutamente normal: la relación y el vínculo que se crea entre un padre y sus descendientes son tan espléndidos y fuertes que un padre y una madre saben estar dispuestos a hacer de todo para que sus hijos crezcan serenos y con salud.
Cada padre está listo a sacrificarse por los hijos e hijas, también esto significa alejarse de ellos y sufrir por el distanciamiento, en especial en momentos difíciles. Ha sido así también para la pequeña Mila, de 4 años y para su padre Scott. A la pequeña le diagnosticaron leucemia y por esto tuvo que someterse a varias sesiones de quimioterapia. Como si no bastara esta situación ya trágica, la pandemia del Coronavirus ha complicado todo, convirtiendo en necesario el distanciamiento del padre con su hija.
via Metro
Youtube / Good Morning Britain
Las defensas inmunológicas de la pequeña Mila resultaban ya muy debilitadas por la leucemia: por esto, no podría correr el riesgo de contraer también el Covid-19, una eventualidad potencialmente fatal para ella. El padre tuvo que continuar a trabajar durante la pandemia y por esto tuvo que tomar una decisión muy difícil, pero útil para preservar a toda costa la salud de su hija.
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El hombre, de 50 años, decidió, con un gran dolor, de irse de su casa, dejando a Mila con su mamá, que podía cuidar de ella. Los riesgos, con él en la casa, habrían sido demasiado serios y una preocupación de este tipo se convirtió realmente necesaria. Muchas veces, durante el periodo transcurrido lejos de Mila, Scott se detenía frente a la ventana de la casa para saludarla, dándole vida a una escena tan emocionante como tierna.
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Luego de 7 largas semanas, finalmente llegó para Scott el "vía libre" de regresar a casa y ausentarse al trabajo por motivos ligados a la salud de su hija. Para su regreso, Scott quería regalarle algo especial a la pequeña Mila. Entonces, decidió que le haría una maravillosa sorpresa. La pequeña no se esperaba ver al padre entrar en la casa, tanto que, al principio, pensó que estaba bromeando.
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Inútil describir su alegría cuando vio que Scott estaba realmente cruzando el umbral de la casa, listo para tomarla en brazos y apretarla en un maravilloso momento de emoción y felicidad. Una sonrisa brillante se ha impreso sobre el rostro de la pequeña, debilitada por su lucha contra la leucemia pero felíz de poder contar, en persona, con el afecto que solo un padre sabe dar.
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La escena entera ha sido grabada en un video: solo hace falta mirarlo para quedarse involucrados y emocionados. El mismo Scott no logró contener las lágrimas y no queda otra cosa màs que desearle a Mila que continúe luchando como una verdadera guerrera y que pueda pronto vencer a ese mal que la aflige.