Francesca ha nacido prematura a las 24 semanas: su pies grandes como la monedita de 1 centavo

por Patricia Zorzenon

15 Julio 2020

Francesca ha nacido prematura a las 24 semanas: su pies grandes como la monedita de 1 centavo
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La maternidad debería ser un momento de pura alegría para todas aquellas mujeres que están por dar a luz un hijo. En general es efectivamente así: cada pareja está involucrada por una particular oleada de amor, que los acompaña hasta el nacimiento de un niño. Algunos embarazos, sin embargo, pueden ser más complicados que otros y en algunos casos, está el riesgo de incurrir en alguna complicación. Cuando surgen patologías o el nacimiento del niño parece haber sido anticipado de varias semanas, entonces la alegría y la felicidad del momento dejan un sencillo lugar para la ansiedad y la angustia. La pregunta principal es: ¿mi hijo sobrevivirá? Hoy, por suerte, los niños que nacen prematuros tienen un porcentaje de supervivencia mucho más alta que en el pasado. Francesca ha nacido de 24 semanas y ha tenido que luchar intensamente para quedar aferrada a la vida.

via Youtube / Inside Edition

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Victoria Bradky es una madre de 37 años que ha tenido un embarazo difícil: cuando los médicos le han dicho que la niña que llevaba en el vientre por 24 semanas habría tenido pocas esperanzas de vivir, el mundo literalmente se le ha caído encima. Los médicos tenían justos motivos para creer que aquel pequeño ser nacido prematuro no habría sobrevivido, pero Victoria no se ha dado nunca por vencida. Ha llevado a su hija a los mejores médicos que pudiera permitirse y ha rogado cada día con la esperanza de ver mejoramientos en su pequeña Francesca.

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Youtube / Inside Edition

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Al día de hoy los niños prematuros tienen más chances de sobrevivir que en el pasado, pero queda incluso siempre una situación desagradable que cada padre quisiera evitar. La pequeña Francesca, nacida de 24 semanas, ha arriesgado la vida más veces y ha encontrado innumerables dificultades: pocas semanas después de su nacimiento ha sufrido una operación al corazón, ha tenido meningitis, ha tenido una operación láser a los ojos (¡que ha sido un éxito!), ha soportado el colapso de pulmones y riñones, pero al final lo ha logrado. A los 9 meses todavía está viva y vegeta, comenzando a estar mejor, retomando peso. Victoria ha hecho bien en no darse por vencida y a insistir para salvar la vida de su hija. Esta es una de las tantas historias afortunadas donde el amor y la perseverancia de una madre han hecho la diferencia.

¡Felicitaciones!

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