En el amor no sirve necesariamente ser compañeros perfectos, sino también "mejores amigos" el uno con el otro
El amor es uno de los sentimientos más puros que se puedan jamás sentir durante una vida; con el paso de los años, tenemos muchas experiencias, encontramos a muchas personas que nos unen más o menos según del grado de afecto que sentimos hacia ellos. Y luego, sucede lo inesperado: nos enamoramos de una persona, nos unimos indisolublemente a ella y decidimos regalar nuestro corazón a este individuo tan especial para nosotros.
via Psychology Today
Uno de los pilares de una relación amorosa estable es el de la confianza: si no se confía el uno con el otro no puede haber un amor duradero; además, el amor verdadero debe ser aquel basado también en la completa transparencia entre las personas que lo componen: los defectos de uno deben ser los méritos del otro, el apoyo debe ser recíproco y total. ¿Tu relación amorosa se basa en estos valores? ¿Se sienten aceptados en todo y por todo por parte de su pareja?
Si la respuesta es negativa, entonces deberían preguntarse si el amor que sienten el uno por el otro es verdadero o en que momento de la relación se encuentran; recuerden que su compañero debe ser antes que todo su mejor amigo.
Un compañero debe tener la capacidad de entrar totalmente en el papel de su contraparte, saber aceptar sus defectos, sus errores, sus necesidades y equivocaciones; el compañero perfecto debe tener la capacidad de saber escuchar y de ser escuchado. Parece una afirmación tonta o poco coherente, pero es verdad que nos merecemos una pareja que sea también y sobre todo nuestro mejor amigo.
Porque los valores que construimos en una amistad como la lealtad, la confianza, el saber identificarse el uno con el otro, la empatía y la aceptación total, son el cemento básico para saber construir también una relación sentimental que pueda funcionar bien. ¿No lo ven así también ustedes?
