El conductor de un autobús ve a un hombre que le está robando a una anciana: detiene el medio de transporte y lo pone a la fuga
En el lugar justo, en el momento justo: ¿cuantas veces hemos pronunciado o pensado esas palabras? Todos, en la vida, nos hemos encontrado en situaciones donde la sincronización y una afortunada casualidad han hecho de verdad la diferencia.
Así ha sido también para el conductor del autobús veterano de guerra, protagonista de la historia que estamos por contarles, un hombre que en Hungría, ha logrado a frustrar un robo hacia una mujer anciana, interviniendo con valentía en una situación que, para ella, podía haber sido problemática.
via MiNap online
Se llama Zsolt Kis Karoly y cada día conduce el autobús numero 21 en Miskolc, en Hungría. Allí donde había sucedido el episodio que ha sido protagonista era una mañana de trabajo como tantas otras, para él, en el recorrido habitual. Es justamente en aquellos momentos de calma y tranquilidad, de hecho, que a menudo ocurren los eventos más inesperados. Al lado del camino, sin embargo, Zsolt no ha podido dejar de notar a un hombre que perseguia a una anciana con un bastón en la mano.
El conductor no ha tardado mucho en entender que cosa estaba sucediendo: se trataba claramente de un intento de robo, donde el ladrón buscaba de sustraerle la cartera a la mujer y ella en cambio se estaba resistiendo a la agresión. Sin una pizca de duda, Zsolt ha detenido el autobús en el medio de la calle, descendió y ha alejado al ladrón de la mujer, empujándolo lejos hacia un parque. Dominado y sorprendido, el delincuente no ha podido hacer otra cosa que escapar, mientras el conductor ha hecho subir a la anciana a bordo de su medio de transporte, asustada y confundida pero por suerte no herida.
La entera escena ha sido registrada por las telecámaras de seguridad del autobús y por la filmación es posible ver a la perfección toda la sangre fría y el coraje que este hombre ha estado en grado de demostrar interviniendo en defensa de una persona fragil. La policía, a continuación, ha logrado identificar al agresor, un joven de 27 años que arriesga de ser acusado de modo pesado.
No es la primera vez, según cuanto ha contado él mismo, que Zsolt se encuentra afrontando situaciones del género. Trabajando en la calle sobre los medios de trasportes públicos, del resto, se puede vivir de verdad situaciones de todo tipo. Es reconfortante, incluso, saber que hay personas así valientes de no dudar ni siquiera un momento y ponerse en juego para dar una mano al prójimo: ¡seguramente el mundo tiene necesidad de gestos generosos como aquel realizado por este conductor!