Tiene 92 años y todavía va a la universidad: su sueño es el de convertirse en arquitecto

por Patricia Zorzenon

03 Julio 2020

Tiene 92 años y todavía va a la universidad: su sueño es el de convertirse en arquitecto
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¿Quien ha dicho que hay una edad justa que no hay que pasar para perseguir tus sueños? Costumbres, miedos, ansiedades o miedos al prejuicio de los demás quizás a veces pueden convencernos que es así, pero en realidad hay hombres y mujeres que, con sus historias de perseverancia ejemplar, logran realmente gritarle al mundo que nunca es demasiado tarde.

Carlos, el hombre brasilero de 92 años protagonista de nuestra historia, es uno de ellos. Su venerable edad no le impide de hecho en creer en sus deseos más vivos y es por esto que el anciano decidió...¡llevar a cabo sus estudios universitarios!

via g1.globo.com

Leonardo Rodrigues/G1 Globo

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Justamente así, entendieron bien: a los 92 años, Carlo Augusto Manco, si bien no tiene una buena relación con los instrumentos tecnológicos, sueña todavía con convertirse en un arquitecto. Ni siquiera la pandemia del Coronavirus lo detuvo: este hombre ha tomado lecciones online, encontrando las dificultades que cualquiera, a su edad, podría encontrar. La computadora no es ciertamente su mejor amiga, pero Carlos no se detuvo.

Su deseo de convertirse en un arquitecto profesional es tan fuerte que su mente continúa haciendo un espacio a nuevas nociones, justamente gracias a su perseverancia. A menudo, de hecho, se dice que el cerebro es como un "músculo" que hay que mantenerlo entrenado y este hombre lo demuestra a la perfección. Luego de haber trabajado por años como diseñador, Carlos no renunció jamás al sueño de convertirse en algo más.

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Leonardo Rodrigues/G1 Globo

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"Ha sido un poco extraño al comienzo encontrarme en clase con los jóvenes, ha contado, pero me trataron bien todos, todos querían hablar conmigo y saludarme". La pandemia, que ha obligado a muchos estudiantes a continuar las lecciones en casa frente a la computadora, convirtió las cosas más difíciles, pero no imposibles. La familia de Carlos, de hecho, haría de todo para alentarlo y apoyarlo: su nieta le enseña a que tome confianza con los instrumentos tecnológicos y, día tras día, este vigoroso estudiante de 92 años logra completar sus deberes como universitario.

Su historia es un espléndido ejemplo de tenacidad y motivación, una demostración práctica de que la edad, a veces, no cuenta, si se sigue con pasión y dedicación lo que se desea.

Leonardo Rodrigues/G1 Globo

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