Presten atención a las malas personas que están convencidas de que son buenas con todos: pueden ser dañinas

por Patricia Zorzenon

07 Julio 2020

Presten atención a las malas personas que están convencidas de que son buenas con todos: pueden ser dañinas
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Cada persona esconde dos caras distintas: por una parte existe la luz, por otra parte la oscuridad, por un lado el bien, por el otro el mal. Eso sí, esta dualidad la tenemos todos en común, ninguno está exento de esta doble cara, todos tenemos en nosotros luces y sombras. Sin embargo, a quienes debemos estar más atentos son a aquellas personas que, convencidas de operar en el bien común o personal, no dudan en hacer del mal, deliberadamente. Una percepción que puede erosionar también en las relaciones más consolidadas.

via Psychology Today

Ryan Hyde/Flickr

Ryan Hyde/Flickr

Las personas que están convencidas de hacer el bien dañando deliberadamente a los demás son muchas y son también individuos que tendemos a encontrarnos muy a menudo en nuestras calles, sobre nuestro camino de vida. A veces son empleadores sin escrúpulos, a veces colegas de trabajo envidiosos, a veces personas que hasta un segundo antes creíamos cercanas y queridas a nosotros: un pariente, un compañero de vida "tóxico".

El punto es que cada uno de nosotros observa la vida, la analiza y busca elaborar los sucesos que nos rodean a través de la lente de la subjetividad: todos nosotros nos formamos por las opiniones del mundo, todos nosotros de alguna pequeña manera quisiéramos cambiarlo, pero a nuestra manera. En el fondo, es demasiado cómoda la imagen idealizada en la mente de un mundo en donde todo gira y funciona como a nosotros nos gustaría, un mundo con nuestra propia imagen y similitud, donde todos actúen y piensen como nosotros. Pero esta no es la realidad.

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Saber aceptar la realidad por lo que es realmente, saber acoger los mil matices (tanto negativos como positivos) de las personas que encontramos en el camino de nuestra vida, significa abrazar idealmente la diversidad, los diferentes modos de pensar, las opiniones de otros, la vida misma, hecha de encuentros y al mismo tiempo de desencuentros. Querer inclinar a las personas que nos rodean hacia nuestras opiniones, nuestros puntos de vista, significa borrar parte del juego de la vida.

Vivir significa saber conocer y apreciar al otro diferente a nosotros, sobrepasar el prejuicio, respetar el punto de vista del otro sin ir más allá de nuestros seres queridos y dañarlos deliberadamente. ¡Y si se encuentran en su camino una persona de este tipo...¡salgan corriendo de ahí!

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