Una joven compra un viejo autobús y lo transforma en una casa elegante y completa de todo
Llega para todos, antes o después, el momento donde decidimos de dar un cambio a cualquier aspecto de nuestra vida. Que se trate de cosas pequeñas o de decisiones importantes, una ventana de novedades y frescura es siempre una panacea para nuestro bienestar físico.
Cambiar de casa entra sin dudas entre los grandes cambios. No es simple encontrar la casa perfecta y a menudo se dice que para hacerlo se debería, más bien que buscar una hecha, construirse una desde cero. También esta, de hecho, no es siempre una cosa fácil y a la mano de todos y es por esto que tantas personas deciden de ingeniarse dando vida a resultados a decir poco originales, que hacen de verdad soñar a ojos abiertos. Sabe algo Jessie, la joven de la cual estamos por hablarles, que ha decidido de vivir...¡en un autobús!
Cuando Jessie Lipskin ha visto el viejo autobús americano de los años '60, tenía ya un preciso proyecto en su mente. Comprado por una cifra muy baja, el medio de transporte estaba bastante en mal estado. No habría sido así por mucho tiempo, porque en los 3 años siguientes la joven lo ha transformado de la noche al día.
La inversión de Jessie no ha costado poco, pero ha sido igualmente menor respecto al costo de la compra de una casa propia y verdadera, con todos los extra del caso. La joven, sin embargo, ha creado algo verdaderamente único.
El autobús no se encontraba en buenas condiciones, ni en el interior ni en el exterior, pero una buena dosis de ingenio y creatividad han ayudado a Jessie a transformarlo en su originalísima casa sobre ruedas, confortable y completa con todo lo necesario.
Pintado de blanco y vaciado en el interior, el autobús ha comenzado lentamente a cambiar la cara. La joven ha revestido la mayor parte del interior con madera, volviéndola rústica y al mismo tiempo acogedora.
Cada simple detalle y mueble de este autobús, bautizado Greyhound (librería) y dado por realizado a medida, para encajar perfectamente en su entorno y ocupar el espacio necesario para las comodidades en su interior.
Una cocina (pequeña pero con todo aquello que sirve), un ángulo con un espacio para la cama, un baño con ducha e incluso un armario suficientemente amplio para tener la ropa de Jessie: en el Greyhound hay todo para vivir cómodamente y de manera alternativa.
Basta observar la foto de este autobús para darse cuenta que su joven propietaria ha cumplido una especie de "milagro": del medio de transporte desastroso, viejo y arruinado que era, el mismo ahora era una casita maravillosa.
Seguramente es una alternativa original, económica y única a una "clásica" casa: ¿que piensan? ¿Vivirían alguna vez en una casa de cuatro ruedas?
