Los padres logran abrazar nuevamente al hijo luego de 32 años: había estado secuestrado y fue vendido de niño
La circunstancia más tremenda que puede sucederle a un padre es perder prematuramente a su propio hijo. El segundo miedo más grande es que desaparezca, o que alguien pueda llevárselo. En estos casos es difícil decir cual es el evento más angustioso.
No se puede decir si es peor tener que aceptar algo irreversible, que sin embargo puede concedernos la paz de la resignación. O nutrir la esperanza, viviendo incluso siempre en la angustia y en la nostalgia.
South China Morning Post/YouTube
Por suerte la historia de hoy tiene un final feliz. En 1988 Mao Yin, el hijo de Li Jingzhi y Mao Zhenjing, es secuestrado mientras la familia estaba en un hotel. Por más de tres décadas la pareja continuó buscándolo sin rendirse jamás.
La mujer tuvo que dejar su trabajo para dedicarse a las investigaciones a tiempo completo. En el transcurso del tiempo ha distribuido más de 100 mil volantes y ha seguido más de 300 posibles pistas, lamentablemente sin ningún resultado.
Participó también a diversas transmisiones y programas de televisión para hacer peticiones televisivas. De su región de origen, la de Xian, en el centro de China, los dos gradualmente han alargado el radio de búsqueda a nivel nacional e internacional.
Han pasado 32 años de silencio, pero luego el 9 de mayo de 2020, en el día de la madre, Li recibió el mejor regalo que habría podido desear jamás. La policía tuvo la noticia que a 1000 km de Xian, en el sur oeste del País, un hombre había adoptado años atrás un niño. Por las informaciones habían buenas posibilidades que se pudiera tratar de Mao.
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Luego de una coincidencia a través de la elaboración digital facial y la prueba de ADN, finalmente la confirmación: se trataba de él. El niño había sido vendido a una pareja sin hijos por 6 mil yuan, un poco más de 700 euros. Le habían dado el nombre de Gu Ningning.
Al final Mao Zhenjing y Li Jingzhi lograron abrazar nuevamente a su hijo. Hoy Mao/Gu tiene 34 años y gestiona una actividad de decoración doméstica. El joven expresó su deseo de irse a vivir cerca de sus padres biológicos y de no quererse separar jamás.
Desde el 2007 que Li entró para formar parte de la organización Baby Come Back Home (Bebé Regresa a Casa). Se trata de una estructura sostenida por voluntarios, comprometidos a encontrar a niños desaparecidos. Ha ayudado a 29 familias a encontrar a sus niños, mientras que el suyo todavía estaba desaparecido. Por todo el tiempo su fé y sus fuerzas nunca se quebraron. A pesar del sufrimiento no dejó de ayudar a los demás. Ahora llegó su turno, el de volver a ser feliz.
