Lo echaron de su casa y tuvo que dormir en el auto por 4 años: ahora este joven logró comprarse una casa enorme
A veces las situaciones más tristes y difíciles en la que nos encontramos logran darnos un empuje tan grande para reaccionar y acomodar las piezas de nuestras vidas, con una fuerza y un coraje que quizás no creíamos ni tener. Lo demuestran diferentes historias ejemplares, como la de Chris Atoki, que estamos por contarles.
Este joven de 24 años le ha demostrado al mundo, y antes que todo a sí mismo, que también en los momentos en donde creemos que ya no hay más nada que hacer, es posible levantarse, sacrificarse para encontrar nuevamente la dignidad, el orgullo y la serenidad. De no tener un techo, obligado a vivir en su auto sin un centavo, este joven ha logrado realizar lo impensable.
Por años, la vida de Chris no ha sido para nada fácil. Se levantaba temprano para estudiar y trabajar, convencido que pronto llegaría para él un futuro mejor. Así no ha sido, dado que llegó a ser despedido, sin poder ayudar más a su familia con sus entradas económicas. Las relaciones con su madre se agrietaron, a tal punto que, luego de una gran pelea, la mujer lo echó de la casa. No sabiendo a donde ir, el joven recurrió primero a lo de su abuela, luego a lo de su novia, pero ambas situaciones le crearon problemas.
Había perdido todo, y se vió obligado a tener que instalarse en su auto, en el estacionamiento de un centro comercial. Era un hombre sin hogar: por 4 largos años durmió en la calle y fue en ese momento que pensó de hecho en acabar con todo. Sin embargo, mirándose al espejo, decidió que no era justo hacerlo y que él mismo era la única persona con la que podía contar para levantarse. Entonces, con fuerza y coraje, se puso a hacer decenas de trabajos diferentes y la situación económica comenzó lentamente a mejorar.
Chris estaba comenzando a ganar y a ahorrar el dinero que le serviría para continuar a estudiar y lograr su sueño de comprarse una casa toda para él. Con enormes sacrificios, logró ser contratado por una empresa de colchones y, mientras tanto, continuaba estudiando, hasta llegar a convertirse en un asistente de enseñanza. Las cosas han ido mejorando hasta que, con un nuevo e importante trabajo, Chris logró tener la justa situación económica para pensar en comprarse una casa donde alojar a su familia. Y así ha sido.
Después de 4 años en el que fue echado de su casa, este joven tenaz y trabajador logró tener su propia casa, una mansión de unos 350.000 dólares, que es el símbolo (para él y para todos aquellos que se encuentran en sus mismas condiciones) de como, en la vida, perseverancia, fuerza de voluntad y confianza en sí mismos son realmente las llaves que logran abrir prácticamente cada puerta. Solo hay que creer y probar, cualquiera sea el objetivo de alcanzar. Además, es la única manera para no arrepentirse de nada: si no lo creen, pregúntenle a Chris.