Una niña ve que el vecino les ofrece todos los días un dulce a sus "hermanitos de 4 patas" y decide seguirlos
Tener de compañeros animales enriquece la vida, la convierte más alegre, interesante, en una palabra "mejor". Adoptar un dulce amigo peludo es una buena idea a cualquier edad. Incluso cuando hay también hijos pequeños, es maravilloso verlos crecer y jugar juntos.
Los niños habituados a este tipo de compañía y de interacción, adquieren mayor seguridad, son más tranquilos y felices. Aquí la historia de una niña y de sus "hermanitos de 4 patas".
via The Dodo
La pequeña Ramona vive en los Estados Unidos con mamá, papá y otros dos miembros de la familia "con cola". Se trata de Zeus y Blue, dos adorables y animados perros de raza mixta. La niña transcurre todo el día junto a ellos, rodando por el piso o sentada en el sillón haciéndoles caricias. De vez en cuando la escuchamos reírse por las cosas divertidas que les ve hacer a sus dos cómplices de bromas.
Ella adora mirarlos cuando tratan da agarrarse la cola, o cuando saltan a la hora de comer. El padre, Mike Whalley, cuenta un episodio divertido convertido luego en un hábito diario. Un día el vecino, de nombre Gaary, le hizo probar a Zeus un poco de su sándwich.
Desde entonces el perro se presenta todos los días en la cerca que divide las dos propiedades, para tener su bocadillo. Obviamente el buen hombre le ha avisado a Mike de esto y le ha pedido su permiso para darle de comer al perro. Cuando llegó a casa también Blue, los invitados de Gary se convirtieron en dos.
Ramona ha notado este movimiento y ha decidido que quería formar parte del grupo. Ha seguido a Zues y a Blue en el jardín y ellos le dieron la bienvenida al equipo sin problemas. Gary ahora tiene "tres" clientes que alimentar. La pequeña se une a sus hermanos por la tarde. Se apoya en la red para estar bien de pie y espera su dulce de aquel simpático señor generoso.