200 agricultores permanecen en silencio durante una subasta para comprar nuevamente la granja al hombre que la había perdido
Hay momentos difíciles en la vida de cada uno de nosotros, en donde comprendemos realmente lo importante que es el apoyo de los demás. Estamos hablando de todas aquellas situaciones en donde, por un motivo u otro, el juego se hace duro y sin la ayuda de las personas que nos quieren y que nos conocen, no podremos definitivamente seguir adelante.
Sabe algo de esto el agricultor estadounidense del que estamos por hablarles: un hombre que ha trabajado la tierra por toda la vida pero que, por una serie de eventos desafortunados, corría el riesgo de no poder tener más su granja, puesta en subasta por un antepasado que nominalmente era propietario. Ya sin más nada, recibió una manifestación de solidaridad realmente rara y maravillosa.
via Sunny Skyz
Estamos en Nebraska, Estado americano con una fuerte vocación agrícola. David, cuyo apellido no se dió a conocer junto a otros detalles sobre el caso judicial, es uno de los campesinos que han siempre cultivado los campos como propósito de vida. Simplemente, se trata de la única manera de vivir que conoce y es por esto que desarrolla su trabajo con dedicación y pasión. Cuando le quitaron su granja de 32 hectáreas, el mundo se le cayó encima.
Sin embargo, David decidió rápidamente que no se rendiría. Sabía que habría hecho de todo para comprar nuevamente la propiedad que, por varias objeciones legales, le habían puesto en subasta. Inmediatamente, junto al padre, pensó bien en meter aparte el dinero necesario para comprarla nuevamente y, cuando llegó el fatídico día de la subasta, sucedió algo increíble.
Allí presentes estaban aproximadamente 200 agricultores, una cantidad enorme de ofertantes, lo que seguramente desanimó a David y a su padre: las posibilidades de recuperar la granja eran realmente pocas. Sin embargo, el agricultor no habría jamás pensado que aquellas personas no estaban allí para hacer de "competidores", sino para ayudarlo con un gesto simbólico.
SSGT Scott Stewart/Wikimedia - foto di archivio
Cuando David hizo su humilde oferta, nadie habló, nadie se ha relanzado, en silencio total, hasta que, luego de varios intentos del subastador, la granja fue entregada a quien la había vivido y cultivada por toda una vida. Los otros ofertantes se habían reunido allí para "hacer un número", conscientes de la histora de David y rechazando a propósito cualquier intromisión, de manera de hacerlo ganar.
Una demostración de cercanía y solidaridad emocionante, que afectó profundamente al agricultor. Sus otros "colegas", de hecho, no estaban obligados a comportarse de esta manera, y sin embargo lo hicieron, para el bien de él y por el de su familia. Seguramente , ¡el mundo necesita más actos desinteresados de amabilidad como este!
