Un elefante hembra "llora" de alegría cuando es liberada luego de haber pasado la vida en cautiverio y maltratada
El ser humano es una fuente inagotable de contradicciones. También en la interacción con los animales, los individuos tienen comportamientos opuestos. Hay quienes los "hacen humanos" rozando lo absurdo o lo ridículo.
Del otro lado, hay quienes todavía hoy continúan considerándolos formas de vida inferiores, hechas para ser explotadas y esclavizadas. Por suerte existen quienes viven y trabajan en el medio y con su trabajo contribuyen a hacer que el mundo sea un lugar mejor.
La historia de hoy habla de una amiga de cuatro patas diferente de lo habitual. De hecho no se trata ni de un perro ni de un gato, sino de un elefante. Su nombre es Sook Jai, una hembra ejemplar de 73 años que vive en Thailandia. El majestuoso elefante ha transcurrido toda su entera existencia en cautiverio. Ha sido obligada a trabajar como medio de transporte en el trekking turístico y como atracción local.
Con el tiempo su salud ha empeorado. Ha perdido la vista, parte del oído y sus fuerzas comenzaron a caerse. Pasó de un dueño a otro, sufriendo muchas veces abusos y maltratos. Sus numerosas cicatrices sobre su cuerpo son testigo de la ferocidad con la que ha sido tratada. Por suerte los trabajadores de la Save Elephant Foundation se enteraron de la situación e intervinieron.
Sook Jai fue recogida de su último dueño y conducida a la reserva ’Elephant Nature Park. Durante el recorrido que duró más de 20 horas, los voluntarios han tratado de calentar el camión donde estaba viajando y de refrescarla mientras cruzaban las zonas más calientes. Cuando finalmente llegó a su nueva casa, Sook Jai tuvo una reacción que conmovió a todos.
A pesar de estar ciega, entendió que estaba a salvo y comenzó a llorar. Algunas imágenes han inmortalizado las lágrimas que no brotaban de sus ojos grandes apagados, sino directamente desde su corazón. Los elefantes, de hecho, al estar dotados de capacidades emocionales y mnemotécnicas, pueden ser capaces de exteriorizar sus emociones de esta manera.
Para esta anciana elefante finalmente acabó el tiempo del cansancio, del dolor y del miedo. Ahora está en un lugar seguro rodeada de personas que la cuidarán. Podrá vivir el resto de sus años en paz, y sobre todo, libre.
