"A mi suegra: me he equivocado": la conmovedora carta de una nuera ante la muerte de la abuela de sus hijos
Muy a menudo en el interior de una familia la figura de la suegra resulta siempre incómoda pero al mismo tiempo muy importante; una suegra puede de hecho tener un rol muy significativo en el crecimiento de los propios nietos, un rol tal por el cual no faltan frecuentemente dimes y diretes con la propia suegra. Muchas de estas madres con el tiempo desarrollan una especie de "odio" hacia las suegras y su interferencia, otras en cambio se dan cuenta demasiado tarde de su importancia.
via The Epoch Times
Tina Plantamura, una escritora y periodista de suceso estadounidense, ha publicado en el Huffington Post una carta dedicada a la suegra que había fallecido hacía poco tiempo. No obstante cuando estaba en vida Tina sentía un resentimiento muy fuerte hacia ella por como críaba y "consentía" a sus hijos, ahora la escritora siente que algo ha cambiado ante su suegra y que antes no lograba entender y aceptar.
Su carta a la suegra dice esto: "Como he luchado por mostrarte respeto y aprecio mientras buscaba de asegurarme de no haber arruinado a mis hijos. Pensaba que los habrías transformado en "enanos egoistas" dándoles a ellos todo aquello que querían. Pensaba que no habrían nunca aprendido a esperar su turno, a compartir, porque has cumplido sus deseos apenas habrían la boca. He tenido resentimiento hacia a ti por haber comprado los mejores regalos, los más costosos, para sus cumpleaños o en Navidad. ¿Como podría competir contigo? ¿Como piensas que uno se siente al saber que los mejores regalos, aquellos que más te emocionan, no vendrían de tus padres?
He pasado mucho tiempo preguntándome porqué estabas haciendo estas cosas y como habré podido hacerte renunciar a continuar haciéndolas. Sé que las abuelas de verdad "vician a los niños" y luego los mandan a su casa, pero tu eras...absurda. Hasta cuando te fuiste de este mundo. En aquellos años en que deseaba que dejaras de arruinarlos, no habría jamás pensado cuanto los amabas. Tanto que lo has mostrado en cada modo posible. Tu cocina. Los regalos. Los dulces. Tu presencia.
No tiene sentido profundizar en arrepentimientos, pero a menudo pienso como he mal interpretado todo. Me equivocaba tanto en percibir tu generosidad. A mis hijos, ya adolescentes, les haces falta mucho. Y no extrañan seguro tus regalos o dinero. Les haces falta tú.
Más quiero que vuelvas, más me doy cuenta que en un modo o en el otro, no nos has dejado jamás.
Espero que tu puedas hacerlo un millón de veces más".
