Una pareja pierde el niño y decide de vender su cuna: el comprador la transforma y se la vuelve a dar de regalo
Perder un hijo es quizás el dolor más grande que una persona pueda sentir. La existencia de un individuo puede ser arruinada por muchos accidentes de tráfico, pero un luto similar tiene una cosa particularmente insoportable.
Se trata de un evento que va contra la naturaleza y justamente por esto es percibido como inaceptable. Difícil es encontrar un sentido a un caso similar a lo ocurrido y la fuerza para seguir adelante, pero a veces un gesto gentil e inesperado puede abrir un paso también entre las nubes más negras.
via The Sun
Valerie Watts vive en la ciudad americana de Cokato, en el Estado de Minnesota. En julio del 2015 lamentablemente ha perdido a su hijo. Después de haber llevado adelante el embarazo casi hasta el final, ha tenido complicaciones durante las últimas semanas.
La mujer había percibido que algo no iba bien, sintiendo que el niño no se movía como siempre. En el momento del parto Noah, el nombre que había elegido para el pequeño, había nacido muerto. Esta tragedia literalmente la ha destrozado, así como a su marido.
Todo ya estaba pronto para recibir al recién nacido, su habitación, las paredes decoradas, sus primeras ropitas y su cuna. De ésta Valerie no lograba separarse, si bien mirarla le recordaba cada instante de aquello que había sucedido.
Un día, su marido ha organizado una pequeña venta en el garage de la casa, llevando también la cuna. Un vecino del barrio, de nombre Gerald Kumpula, curioseando entre los objetos, ha notado la ropa y la cuna del recién nacido. Entonces le ha preguntado al patrón de casa cuantos años tenía ahora su hijo.
El hombre tristemente le ha respondido que había muerto hacía poco. Kumpula ha comprado la cuna por la cifra simbólica de 2 dólares, pero no para ser usada. Después de haber sabido aquella terrible historia ha sentido dentro suyo que debía hacer algo para ayudar a la pareja.
Mr. Gerald es un artesano que trabaja con la madera y ha utilizado la estructura de aquel mueble para realizar un nuevo objeto de decoración. Una semana después se ha presentado en la casa de los Watts con un sillón, obtenido propio de la cuna que habría tenido que recibir al pequeño Noah.
Nada podrá jamás llenar el vacío que se ha creado en la vida de Valerie y de su marido, incluso el gesto de Kumpula ha sido muy apreciado. Aquel objeto quedará ligado al recuerdo de una vida rota demasiado pronto, pero no se convertirá en una especie de macabro altar conmemorativo.
Una ley fundamental de la física dice que "nada se crea y nada se destruye sino que todo se transforma". Esto vale también para las cosas, para el sufrimiento y para las almas de aquellos que no están más.