Le pide a los padres una nueva Xbox pero debe ganársela: el padre lo "obliga" que lo ayude en los trabajos de la casa
Los dos pilares fundamentales en la educación de los jóvenes es la escuela y la familia. La primera tiene reglas precisas y símbolos bien identificados, la segunda un poco menos. Entre las paredes domésticas no hay bancos y pizarras, no hay que levantar la mano para hablar, pero esto no quiere decir que no sirva igualmente un poco de disciplina sana. Criar hijos significa ser capaces de mostrarles la diferencia entre lo "correcto" y lo "equivocado", además de hacerles comprender el valor del mérito y la dignidad del trabajo. Una tarea seguramente difícil, pero estrictamente necesaria.
Desde este punto de vista Mark Arrington es un maestro con todos los adornos. El hombre vive en América, en el estado de Florida; es el padre biológico de 4 niños y padre de otros 5 que pertenecen al anterior matrimonio de su actual mujer. En resumen, ¡una familia realmente numerosa!
Con un equipo tan grande para cuidar es necesario que todos conozcan las tareas de la casa. Entre su trabajo y otros compromisos, Mark trata de encontrar siempre tiempo de calidad para pasar con cada uno de sus hijos.
Cada día trata de asegurarse que aprendan algo nuevo y útil que les servirá a ellos para que vivan una mejor vida. Al día de hoy los jóvenes piensan que hay que darles todo. Sin embargo es fundamental que la descendencia conozca el significado de "responsabilidad", una palabra que muchas veces asusta también a muchos adultos. Esta estrategia hace seguramente más fácil la convivencia, pero sobre todo contribuye a criar las nuevas generaciones con mayor conciencia y madurez.
Un día, su niño de 11 años, que se llama Mark como él, le ha pedido otra Xbox porque la vieja ya estaba rota. La respuesta del padre ha sido obviamente positiva, pero con un pacto de que el pequeño joven debía ganársela. ¿De qué manera? ¡Haciendo algún simple trabajo doméstico!
Los dos, de hecho, hacen a menudo algunos trabajos de reparación juntos. Una vez, por ejemplo, Mark y su hijo habían reparado el aire acondicionado, pero esta vez, luego del pedido de la nueva Xbox, habría sido el turno de los pisos: tendrían que arreglar un nuevo parquet en casa.
Como aprendiz de todo, el buen papá se ha formado solo, como autodidacta, ya que tiene una buena capacidad para aprender velozmente; no lo resultó difícil, para él, instruir a su hijo sobre como realizar determinadas tareas.
Una vez arreglados los pisos de la casa, Mark Junior pudo recibir su Xbox. El cansancio ha sido mucho pero valió la pena. De hecho no obtuvo solo lo que deseaba, sino que también aprendió una lección de vida importante. A este papá le faltan solamente otros 8 "alumnos" para darles la ración diaria de sabiduría, asi que...¡atentos a quien le toca!