Un niño consuela a su perro anciano en sus últimos instantes de vida
Quien elige adoptar, muchas veces prefiere recibir en su casa niños muy pequeños y no adolescentes o jóvenes más grandes. Es una tendencia real pero muy triste, lamentablemente, ya que todos se merecen tener una familia amorosa en sus espaldas. Una situación casi semejante, aunque caracterizada por diferencias obvias, sucede cuando se decide adoptar un perro: son los cachorros aquellos que encuentran una casa primero, mientras los perros ancianos muchas veces son dejados atrás. Robbie es un jovencito que sabe bien lo que significa quedarse en un orfanato por largo tiempo, sin padres y sin alguien dispuesto a ofrecerle amor, y es por esto que su elección sobre los perros siempre recaerá sobre los mayores. El motivo es siempre el mismo: ¡todos se merecen una familia!
via Facebook / Maria Henry Gay
Cuando Robbie ha sido adoptado por Maria Henry Gay y su marido, la familia que ha decido que habría adoptado solamente perros ancianos. El pequeño Robbie, de 9 años, está claramente atraído por perros más ancianos porque sabe bien como se siente no ser amado y no tener a nadie que cuide de ti. A pesar de su triste infancia, Robbie se ha convertido en un jovencito optimista y premuroso, que ha decidido llevar una luz de esperanza en las vidas de los perros menos afortunados. Uno de estos se llamaba Buffy, un caniche anciano que la familia había adoptado para Robbie.
Robbie ha sufrido muchos maltratos de niño, tantos de haber tenido que terminar en el hospital dos veces debido a un trauma en la cabeza; los horrores que debe haber vivido lo han llevado a no mostrar más sus emociones, especialmente las lágrimas. Como sostiene la mamá, Robbie no lloraba nunca. La situación ha cambiado de manera imprevista precisamente gracias a la desaparición de Buffy, la anciana perra de Robbie. Buffy se encontraba realmente en malas condiciones y dicho por el veterinario tenía los días contados debido a una gran insuficiencia renal; por este motivo, la familia tuvo que poner fin a sus días, antes de que la enfermedad le hiciera aún más la vida insoportable. La mamá de Robbie quizo que el hijo formara parte de esta decisión y el pequeño expresó como último deseo poder tener entre sus brazos a su perra, mientras dejaba este mundo terrenal "para alcanzar el Paraíso".
Y ha sido precisamente en este momento tan dramático que el pequeño Robbie se dejó llevar por un llanto sin precedentes. El abrazo fue inmortalizado por una fotografía, para recordar lo valiente y compasivo que ha sido Robbie hacia Buffy. "A la gente no le gustan los ancianos y mucho menos los perros ancianos. Las personas quieren solamente niños y cachorros" afirmó Robbie. Para él, claramente, las cosas no son así. Robbie sabe perfectamete que no importa desde cuanto tiempo tienes un perro, sino lo que lo amas. Y lo mismo vale para él que ha sido adoptado por sus padres solo dos años atrás de la desaparición de Buffy.
Su familia continuará adoptando perros ancianos y llevando un poco de alegría y esperanza a la vida de estos seres menos afortunados.