El feto tiene algo que no anda bien, pero se niegan a abortar: 2 años después están más felices que nunca
Tener un hijo por primera vez es una de las emociones más grandes que una mamá y un papá podrían sentir jamás; no importa lo que suceda, para ellos un hijo es y será siempre una bendición sin peros. Algo que podría confirmar Sara Heller, que con 24 semanas de embarazo tuvo una noticia que ni ella ni su compañero Chris se esperaban. Pero a pesar de la imprevisibilidad de la vida, se negaron a abortar.
via Today
Con 24 semanas de embarazo, Sara fue informada por el equipo médico que el pequeño Brody que estaba llegando tenía el labio leporino y una forma aguda de paladar hendido, un agujero en el labio que en algunos niños es muy pequeño, mientras que en el caso de Brody empezaba desde el labio y llegaba hasta la nariz; una condición médica extremadamente rara que habían sufrido solamente 9 personas en todo el mundo en su forma más aguda.
A Chris y a Sara se les dijo si querían abortar, pero los dos padres estaban firmemente decididos a terminar el embarazo y a dar a luz a ese hijo, a cualquier costo.
A pesar de que los niños afectados por paladar hendido se someten en sus primeros años de vida a intervenciones quirúrgicas para aprender a comer y a hablar, Sara y Chris decidieron de criar a Brody precisamente como todos los demás niños, aprendiendo a ignorar las maldades que habrían podido decir las demás personas sobre el aspecto del pequeño.
Sara afirmó: "He decidido educar en vez de crear una confrontación porque es lo que quiero que Brody haga en el futuro, quiero que enseñe, que sea un defensor de los niños más pequeños con paladar hendido que aún no tienen voz propia."
Luego de decenas de intervenciones quirúrgicas para corregir el paladar hendido de Brody, ahora a la edad de 2 años, el hijo de Sara y Chris decididamente ha mejorado, incluso en el aspecto; el agujero entre el labio superior y la nariz no está más y gracias a la ayuda de todos los médicos, Brody está lentamente aprendiendo a hablar correctamente, a comer, sonreír y a respirar mejor.
Una historia con un final feliz para la familia de Brody, un niño "diferente" a los demás, ¡pero al mismo tiempo exactamente igual a todos!