Una desconocida ayuda a una mamá en dificultad a calmar a sus 2 niños que se pusieron caprichosos en el supermercado
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La vida de Rebecca Patterson, como la de tantas mamás que trabajan, es de las más simples. Sus hijos, uno de 2 años y uno de 2 meses, son su orgullo pero también uno de sus más grandes empeños. Su cotidianidad no es simple: conjugar la vida laboral con las cosas para hacer, la educación de los hijos y el tiempo que transcurren con ellos es casi una tarea de super-héroes, como bien lo saben las mamás y los papás en aquella misma situación.
El estrés está siempre en cualquier momento y así ha sido también cuando Rebecca se ha encontrado en el supermercado haciendo las compras y se ha llevado con ella a sus hijos. Pensaba que no habría sido un problema tenerlos consigo, pero su comportamiento pronto le ha hecho cambiar de idea.
via ABC13 Houston
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Los pequeños, evidentemente aburridos o enojados de la situación, han comenzado haciendo caprichos, llorando y lamentándose en el mismo momento. No es difícil imaginar el momento difícil en que se encontraba la mujer en ese contexto. Sola, con dos niños para calmar y las compras que llevar a término: no tenía a nadie que la ayudara, aunque en un momento las cosas si han cambiado.
No obstante todo, a veces nos parece que las personas alrededor nuestro son insensibles y que quizás nos pasan por delante sin siquiera notarnos, para Rebecca, aquel día, no fue así. No pudiendo tranqulizar a sus hijos y ya decidida a dejar los artículos en su lugar para escapar del negocio, sintió una voz que se ofrecía a ayudarla.
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Frente a ella estaba Tiffany, una perfecta desconocida que habría podido, como otros, pasar desapercibida frente a sus dificultades, pero en cambio se ofreció a tener en brazos a su hijo de 2 años. Rebecca, asombrada y agradecida de la ayuda ofrecida de este inesperado "ángel de la guarda", no ha dicho nada, pero con su expresión le hizo entender a la mujer que no habría podido preguntar nada mejor en aquel momento.
Así, Tiffany ha logrado hacer que deje de llorar el pequeño y Rebecca al mismo tiempo ha podido terminar de hacer sus compras. No antes, sin embargo, de haber sacado una foto a la desconocida benefactora, compartida luego en la web y hecha viral en el giro de poco tiempo. Es exactamente cierto: ¡a veces es justo cuando parece que todo va en el peor de los modos que la vida te sorprende haciéndonos encontrar un poco de la confianza que hemos perdido!