Festeja la graduación con su madre afectada con Síndrome de Down: una bofetada a los prejuicios y a las calumnias
Izabel Rodríguez tiene 66 años, con Síndrome de Down y no puede estar más que orgullosa y feliz por el objetivo alcanzado de su única hija Cristinna Maria Da Silva (nacida sin alguna alteración genética), la cual se graduó con éxito a los 29 años. La mujer, de orígenes humildes, es de un pueblo rural de Brasil y descubrió tener Síndrome de Down de adulta. Sus padres entendían que tenía dificultades de aprendizaje, pero pensaban que se trataba solamente de pereza o de la falta de actitud hacia el estudio. A los 25 años Izabel comenzó a verse con José Ribeiro, su primo segundo; los dos se casaron e intentaron rápidamente tener hijos, sin tener éxito. Fue en esta ocasión que los médicos explicaron que un alto porcentaje de mujeres afectadas por el Síndrome de Down resultan infértiles. Luego de varios intentos, sin embargo, la pareja logró coronar el sueño de convertirse en padres.
via BBC
La historia de Izabel no ha sido simple: para sus amigos y parientes tenía siempre "la cabeza en las nubes", como si viviera en otro mundo y, muchas veces, decía que tenía amigos imaginarios; sin imbargo, ninguno de sus hermanos o familiares imaginaba que la mujer tuviese una alteración genética. Izabel apenas sabe leer y escribir, dado que sus padres la alejaron muy pronto de la escuela, luego de haber considerado sus evidentes dificultades de aprendizaje. Izabel tuvo siempre que demostrarles a todos ser capaz de "hacer las cosas" y cuando quedó embarazada de su primera y única hija, tuvo que trabajar duro para demostrar que podía ser una buena madre. Imagínese, luego de 30 años de su nacimiento, saber que su hija no solo ha crecido muy bien, ¡sino que también se graduó!
Desde el comienzo del embarazo, los parientes de Izabel desconfiaron de sus efectivas capacidades para criar un bebé, por eso una de sus hermanas se ofreció en ayudarla durante los primeros meses. Izabel siempre demostró ser lo que es, una madre cariñosa y atenta. La hija Cristinna recuerda: "Muchas personas me preguntan cual es la diferencia en tener una madre con Síndrome de Down, pero para mí nunca hubo alguna diferencia. Es mi madre". El único momento en el que Cristinna tuvo miedo, ha sido cuando en el séptimo grado estaba estudiando los cromosomas y durante la clase afirmó que sus mamá tenía Síndrome de Down. En esa época no se sabía mucho, pero cuando el profesor le respondió que las personas afectadas por este síndrome no pueden tener hijos, Cristinna tuvo miedo de haber sido adoptada.
En ese momento, el tío le mostró fotos de Izabel embarazada y le aseguró que en raros casos puede suceder que una persona con Síndrome de Down tenga hijos. Hoy pasó mucho tiempo y Cristinna no solamente se graduó, sino que también es madre de dos niños de 10 y 6 años. En este momento espera el tercero. Admite que cuando tuvo el primer hijo no permitió que su madre le diera los primeros baños, porque se daba cuenta de su inestabilidad; para no ser insensible tampocó permitió que su otra abuela bañara al nieto. Sin embargo, con el segundo hijo Cristinna quiso remediar este pequeño daño, pensando que, en el fondo, su madre se había ocupado de ella perfectamente desde los primeros días de vida.
Ambos, Izabel y José, están muy felices que Cristinna haya alcanzado un objetivo como este en la vida. La joven posó con ellos para algunas fotos y compartió en las redes sociales un hito similar. Nadie creía que sus padres podían cuidar de una niña, pero así no ha sido y Cristinna se aseguró que el mundo entero lo supiera.
Hoy, Izabel cuida de sus nietos durante la mañana, mientras su hija trabaja. "Es una abuela muy cariñosa", comentó Cristinna.
¡Una historia realmente sorprendente y emocionante!