Adolescente le roba el auto a sus padres: el padre lo castiga vendiéndole todas sus cosas
El debate sobre como es correcto o menos educar a un hijo está siempre abierto y muy encendido. Como se ha dicho más de una vez, no existen reglas de oro, escritas en un manual del "perfecto padre", sobre como criar a un hijo, pero seguramente se pueden adoptar estrategias para transmitir una serie de principios que deberían formar parte de la educación de un individuo. En Phoenix, Arizona (USA), los padres de un adolescente indisciplinado debieron recurrir a un castigo ejemplar luego de enterarse de lo que había hecho el joven en ausencia de ellos.
Angel Martinez, un joven de 14 años, aprovechó la ausencia de los padres para robar la Range Rover de la familia y dar unas vueltas en el barrio superando los límites de velocidad. La aventura fue cometida mientras su padre y su madre estaban en Las Vegas festejando por anticipado el aniversario de matrimonio. Durante la estadía romántica, la pareja fue contactada por la policía local y fue obligada a regresar corriendo a su casa, debido a lo que había hecho Angel. El castigo inventado para su amado hijo fue muy apreciado por los usuarios de la web y, sobre todo, por el vecindario. El joven fue obligado a vaciar su habitación y a poner en venta "sus bienes", directamente en la entrada de su casa.
Su cama, la televisión, las zapatillas nuevas, la ropa, ¡todo en venta! El joven fue obligado a colocar un cartel con sus disculpas por lo que había hecho: "Pido perdón por haber robado el auto de mis padres y haber superado los límites de velocidad". Un gesto muy deseado por el padre de Angel, Ramon, el cual destaca como de esa tontería podría haber nacido una tragedia inesperada. Un jovencito al manejo de una Range Rover, en efecto, además de los límites de velocidad, podría haber atropellado a alguien sin darse cuenta.
Un castigo "correcto" también dicho por el mismo Angel, el cual entendió haberse equivocado y haber puesto en riesgo la vida de otras personas. El joven dormirá por algunos días en el sofá, ¡replanteando su inútil y peligrosa maniobra!