Una pareja homosexual logra adoptar 4 hermanitos de un orfanato: "Serán por siempre nuestros hijos"
Cada niño debería tener derecho a un techo sobre su cabeza y una familia amorosa, que los cuide cada día y para siempre. Lamentablemente, hay muchísimos casos de abandono y de menores que se encuentran transcurriendo la propia infancia entre las paredes de un orfanato. Para los más afortunados, si aprueba la adopción de parte de parejas que desean tener hijos, poco importa si son adoptivos. Para muchos otros, en cambio, la realidad continúa a ser más gris. Rafael y Pedro, una pareja homosexual casada desde el 2011, se habían decidido hace tiempo en adoptar, considerando la larga y tortuosa tramitación burocrática y las normales dificultades que un padre, sobre todo en los comienzos, puede encontrar.
via Acritica
La elección de Rafael de Souza y Pedro Miguel de Souza ha recaído sobre tres hermanitos y una hermanita, que residían todos juntos en un refugio en la ciudad de Parintins, en el estado de Amazonas, en Brasil. La pareja, casada desde el 2011, se ha empeñado para realizar el sueño de construir una familia: se han necesitado 3 largos años para oficilizar el estatus de padres. Un largo período, por lo tanto, donde ambos se han documentado muchísimo y han estado meses a la prueba para afrontar con éxito el importante paso. Un factor fundamental de evaluar hasta que la adopción llegara a buen fin ha sido la conexión que se ha creado en el curso del tiempo entre la pareja y los niños. Afortunadamente, los niños se demostraban siempre más entusiasmados y en cada visita, no veían la hora de volverse a ver y de ir a vivir felizmente todos juntos.
"Después de haber tomado la decisión de adoptar" han contado Pedro y Rafael, "hemos intentado de descubrir las varias formas de adopción y hemos sido muy bien recibidos e instruídos por profesionales del Distrito de Parintins. Hoy no podemos imaginar nuestra vida antes de la llegada de los niños. Han llegado, han cambiado nuestras vidas para mejor y serán nuestros hijos por siempre". A dar una mano (y tanto amor) a esta hermosa familia ha sido también la mamá de Pedro, que a los 66 años se encontró con gran alegría haciendo de abuela. Hoy viven felizmente, entre las dificultades y las alegrías compartidas por todos los padres del mundo.