Un campesino sin dinero se ofrece a pagar un certificado con la verdura de su huerta: el funcionario acepta
A veces son los gestos más simples y genuinos en hacer la diferencia, aquellos que ninguno nota jamás porque en apariencia son demasiado banales pero en cambio esconden un significado mucho más profundo. Piensen en un hombre anciano que por toda la vida no ha hecho otra cosa que trabajar con los frutos de su tierra, un campesino de otros tiempos lejanos a los ritmos de la modernidad y de los mecanismos de la burocracia contemporánea. Como Amadeo Cabrera, un octogenario de El Salvador, el protagonista de esta historia emocionante....
via El Salvador
Amadeo hace poco cumplió 80 años y vive en Chalatenango en El Salvador; un campesino de toda la vida, Amadeo ha tenido que dirigirse a las oficinas de su municipio para pedir una copia de su certificado de nacimiento; el hombre esperó con paciencia su turno poniéndose en la fila, sin pedir atenciones o un tratamiento especial visto su edad. Llegado su turno, Amadeo ha descubierto sin embargo que el procedimiento burocrático que necesitaba debía hacerse con un pago.
De hecho está que Amadeo en aquel momento no tenía una moneda en el bolsillo, por eso ha decidido pagar por aquel procedimiento con los frutos de su trabajo, aunque si no eran monedas, sino una bolsa cargada de cilantro, muy conocido en los países de América Latina.
Amadeo no tenía otra cosa consigo, solo una bolsa llena de este tipo de perejil que él cultivaba en su terreno con mucho amor y mucha paciencia y que en este caso quería usar una mercadería de intercambio o de permuta, exactamente como una vez y con su imperdible y cálido amor de campesino de una época que no existe más.
Un gesto, el de Amadeo, que ha conmovido por su simplicidad y ternura, tanto que el funcionario comunal no ha podido hacer otra cosa que aceptar aquellos ramos de cilantro a cambio del documento oficial.
En una publicación en Facebook se lee: "Este hombre fue al registro civil para un acto oficial. Es un campesino y cuando le pidieron de pagar, no tenía dinero; ha tomado tres manojos de cilantro de la bolsa como forma de pago. ¡El responsable del municipio le ha sonreído y aceptó los ramos de cilantro!"