A los 12 años regala todo el dinero recibido para el cumpleaños al indigente de la calle que le ha devuelto la billetera a su abuela
El cambio que deseamos tan ardientemente en el mundo podría comenzar desde una buena acción que, por cuanto sea "pequeña", seguramente tiene un significado más amplio. Y si todos nos empeñáramos a relacionarnos con alguna base cotidiana, entonces quizás, el cambio sería incluso más evidente.
Sean Curry es un indigente desde hace varios años y cuando encontró la billetera en el contenedor de la basura de un local, no pensó dos veces en devolverlo. Era simplemente la cosa más justa de hacer y Sean, más allá de esta conciencia, no imaginaba en verdad que su gesto pudiera traer algo bueno ni siquiera para él.
via NBC Bay Area
Evelyn Topper estaba tranquilamente bebiendo su café en el interior de un local en San Rafael, en California (USA), junto a su nieta Mikayla Gounard, poco antes de perder su preciosa billetera. La mujer, sin embargo, mínimamente ni se dio cuenta que inadvertidamente hizo caer su billetera una vez que salía del local. Dinero, tarjetas de crédico, documentos y tarjeta sanitaria perdidas para siempre en un solo momento: ¡imaginen el desconsuelo! Para su suerte, sin embargo, Sean Curry ha recuperado la billetera que había sido abandonada dentro de un contenedor de basura. Del dinero ni la sombra, pero el resto, como por ejemplo las tarjetas de crédito, no habían sido tocadas. Al día siguiente del incidente, sin embargo, Curry ha logrado contactar a Wvelyn Topper, la propietaria de la billetera y devolverla.
Sean no se ha aprovechado de la ocasión, no obstante sea un hombre de una cierta edad en dificultad, que vive en la calle, pero que sabiamente decidió restituir la billetera. Además, es lo que un hombre honesto haría sin pensarlo dos veces. No sabía, igualmente, que desde allí en breve tiempo habría recibido una suerte de "recompensa" por su buena acción. Mikayla Grounard, la abuela de la mujer, estaba planificando la fiesta para su cumpleaños, decidiendo que no quería ningún regalo, sino más bien una contribución en dinero para poder donarlo en beneficencia. Inicialmente Mikayla no había decidido exactamente a quién habría donado su dinero, pero después de haber visto como espectadora esta historia, entendió que la persona justa que merecía ese dinero era Sean, el hombre indigente de la calle. Esta, habría sido la buena acción de Mikayla.
Sean se sintió feliz y apreciado por ese gesto; agradeció y bendijo la generosidad de Mikayla, sintiéndose verdaderamente afortunado no obstante todo.