Pierde audición y vista después de un período muy estresante en el trabajo: ahora cuenta su experiencia gracias a un libro
Que demasiado trabajo genere un nivel de estrés bastante importante en nuestro cuerpo y en nuestra mente es ya determinado en la literatura científica; pero que se pudiera "enfermar" seriamente por el demasiado estrés y por una vida enloquecida y sin un momento de tregua podría sonar más bien extraño. La historia increíble de Gustavo Fernandez Cornide, que tiene solo 35 años y una con una vida muy estresante, ha sido internado varios meses por una meningitis causada por una otitis demasiado descuidada...
via Rivadavia
Gudo Fernandez Cornide/Facebook
Gustavo trabajaba como productor televisivo para un programa muy seguido, por ese motivo su rutina era muy condicionada por apremiantes pedidos sobre el lugar de trabajo; justamente porque no lograba encontrar el tiempo para si mismo y para su familia, un día Gustavo se despertó con un fuertísimo dolor de oídos, pero que ha decidido no darle importancia y desatender los primeros días, visto los muchísimos empeños que tenía.
Después de cuatro días, los médicos le han diagnosticado una otitis muy fuerte causada probablemente por el celular y los auriculares que usaba constantemente durante las horas laborales; pero Gustavo no podía detenerse y continuaba trabajando, hasta que llegó lo peor.
Guido Fernandez Cornide/Facebook
Una noche la mujer de Gustavo quedó asombrada al ver al marido totalmente inconsciente, que tenía convulsiones y que se había orinado en la cama; necesariamente tenía que ser internado de urgencia; una vez que entró en el hospital, los médicos le revelaron a la mujer que Gustavo estaba sufriendo una feroz meningitis causada por la bacteria neumococo, que había sido consecuencia muy probablemente por la otitis no tratada adecuadamente.
Después de casi 21 días en coma, Gustavo ha sido lentamente despertado, aunque si había perdido la audición y la vista; estaba por comenzar para el hombre de 35 años un largo viaje hacia la rehabilitación, ya sea física que mental.
Guido Fernandez Cornide/Facebook
Gustavo cuenta como ha tomado la verdad de lo sucedido: "Al final ha sido como un balde de agua fría pero había algo de positivo después de aquella semana de torturas: he entendido que estaban cuidando de mi, ninguno estaba tratando de quitarme la vida. Obtener positividad de alguna parte ha sido una reacción instintiva, era una fibra mía que no pensaba de tener hasta hoy".
Con el pasar del tiempo, Gustavo ha adquirido parte de la audición gracias al implante de un aparato coclear, mientras con respecto a la vista, ha logrado recuperar el 20% de un solo ojo, gracias al empeño y a la presencia de la familia pero sobre todo del equipo de médicos de rehabilitación.
Guido Fernandez Cornide/Facebook
Ahora Gustavo no trabaja más en el mismo lugar, ha fundado una sociedad suya de producción audiovisual, gana mucho menos respecto al principio, pero finalmente aprendió a cuidar no solo más de su familia sino también de si mismo; demasiado trabajo le ha causado muy probablemente el exacerbarse de una otitis que lo ha llevado a la meningitis y luego al coma.
Pero ahora está de nuevo aquí para contarlo y al mismo tiempo ha tenido conferencias y escribió un libro títulado "Abrir los ojos", que es un verdadero y propio himno a la caducidad de la vida y como es necesario tomar cada ocasión para saborearla toda. Porque la vida es una solamente y Gustavo sabe algo al respecto.