"Eres gorda": niña de 8 años es intimidada en la escuela, pero en lugar de "pelear" le escribe una carta al que la intimidó
Lograr educar a los hijos sin recriminarse nada o sin cometer errores es una utopía a la cual muchos padres aspiran. La verdad, lamentablemente, es que por más que hagas lo mejor como padre, será imposible lograr controlar todas las posibles situaciones del mundo exterior en donde nuestro niño se meterá. Lo importante, sin embargo, es ofrecerle sólidas bases y principios firmes, que puedan indicarle siempre el camino correcto.
Una mamá australiana, Mel Watts, se ha preguntado más de una vez si era una buena madre para sus cuatro hijos. Ahora, luego que su hija de 8 años, Ivie, ha logrado manejar muy bien una situación desagradable de intimidación en la escuela, finalmente ha encontrado una respuesta.
La respuesta de Mel a su gran pregunta existencial ha sido del todo positiva. A sacarle todas las dudas ha sido precisamente el comportamiento puesto en práctica por la hija de 8 años, la cual había sido blanco en la escuela de palabras poco agradables hacia ella. Los niños, se sabe, pueden ser muy malos con las palabras y también con hechos, terminando en actos de violencia psicológica y de bullying. Una compañera de su clase, de hecho, le había dicho no muy bien que Ivie estaba gorda. La pequeña, a pesar de tener la autoestima alta, se quedó particularmente afectada por esas palabras, de la manera en que la compañera la había definido.
No contenta de como pasaron las cosas, Ivie decidió escribirle una carta a su compañera de clase, para entender el motivo de esa ofensa y, sobre todo, para impedirle que repita esa palabra hacia ella. Como quiso resaltar Mel, la carta no era un modo de "declaración de guerra" contra la compañera de clase, sino una manera más bien diplomática de expresar otro punto de vista.
Facebook / Mel Watts – The Modern Mumma
"Seguiré pesándome, pero este es mi cuerpo, yo amo quien soy, no lo cambiaré jamás y no me interesa lo que piensen los demás y tú de mi. Me importa solamente que mi mamá, mi padre y mi familia me amen", con esta frase la pequeña Ivie hizo que su mamá estuviera muy orgullosa, demostrando ser capaz de defenderse sola y de tener la cantidad suficiente de autoestima.
La mamá ha entendido que la compañera de clase probablemente no intentaba herir a Ivie conscientemente. Según lo que se sabe, las dos niñas tienen personalidades diferentes y "están aprendiendo a conocerse y conociendo el mundo". Luego de este intercambio, afortunadamente, han superado sus desacuerdos y ahora tienen una relación amistosa.
Mel puede estar realmente orgullosa de su hija: ¡la está criando bien!