Nace con una grave discapacidad, pero la mamá no se rinde con él: ahora, es un estudiante modelo de Harvard
El amor de una madre por su hijo es capaz de superar cualquier obstáculo, cualquier montaña, es un sentimiento tan grande que a veces no puede ser lo suficientemente explicado con simples palabras. Una mamá sabe que quiere solamente lo mejor para su hijo y no se rendirá jamás para hacer que esto se convierta en realidad. Como ha hecho Zou Hongyan, una mujer china de la provincia de Hubei que ha luchado todos los días de su vida para regalarle una mejor vida a su hijo.
via China Daily
Casi treinta años atrás, Zou había dado a luz a su hijo Ding Ding, que lamentablemente nació con una complicación médica muy grave: tenía una seria parálisis cerebral; los médicos eran muy cautos, pesimistas y le habían dicho a la madre y al padre que el pequeño viviría una vida muy complicada, infeliz y muy dura; el padre de Ding Ding no quería criar a su hijo en esas condiciones, mientras que la madre estaba dispuesta a sacrificar todo para regalarle a su hijo una mejor vida.
Desde el momento del nacimiento de Ding, Zou se divorció del marido y crió al pequeño ella sola, haciendo hasta incluso tres trabajos juntos para mantener la casa y regalarle una vida digna al hijo. Con el tiempo, la madre valiente y audaz hasta incluso usó en la casa juegos que promovían el desarrollo del cerebro para estimular los sentidos del hijo y moldear su inteligencia; Zou hasta le enseñó a usar los palillos para comer, a pesar de que las manos de Ding Ding apenas podían sostenerlos.
Luego de años de enormes sacrificios, el niño se convirtió en un joven, el joven se convirtió en un estudiante modelo ¡y hasta incluso logró graduarse en ciencias ambientales e ingeniería en la Universidad de Pequín!
Mamá Zou contó: "No quería que se viera obstaculizado en la vida debido a sus problemas físicos, ya que tenía capacidades inferiores en algunos ámbitos; por este motivo he sido muy severa con él trabajando duro y poniéndome al día en todo lo que tenía dificultad."
Un trabajo muy duro, que sin embargo le valió a Ding Ding la admisión a Harvard; una satisfacción enorme para la madre y para el hijo: ¡juntos, lo lograron!
