Persona de noventa años le deja una carta escrita a mano a su vecino: "Me siento terriblemente sola"
Cuando llegamos a la tercera edad, todos sentimos un poco el peso de la soledad; a pesar de estar rodeados de nuestros hijos, nietos y una familia extensa, no es raro escuchar historias desgarradoras de abuelas y abuelos que fueron "abandonados" por sus hijos y por sus propios familiares una vez que éstos últimos crearon sus nuevos núcleos familiares. Precisamente en estas situaciones tan comunes, la soledad se convierte en una fea bestia para domar: ¿Cómo deshacerse de este horrible sentimiento?
La protagonista de esta historia conmovedora se llama Wanda, tiene 90 años y vive sola en su departamento en la ciudad de San Francisco, en California. Una mujer que ha vivido toda una vida rodeada de familiares y amigos, pero que ahora se encuentra viviendo completamente sola y sufriendo la soledad; por este motivo, un día se animó y le escribió una carta a mano a su vecina, para preguntarle si quería ser su amiga. La carta comenzaba así: "¿Considerarias convertirte en mi amiga? Tengo 90 años y vivo sola. Todos mis amigos no están más y yo me siento muy sola y asustada. Por favor, reza por mi."
Marleen Brooks, la vecina de noventa años, apenas leyó estas palabras escritas con la lapicera, se conmovió tanto que no pudo evitar golpear la puerta de la señora Wanda el mismo día en el que había recibido esa carta tan tierna y emocionante.
Para conocer a su nueva anciana vecina, Marleen preparó unos dulces e inmediatamente las dos mujeres entraron en sintonía; estaba naciendo verdaderamente una nueva amistad, ¡ahora si que Wanda no se sentiría más sola como antes! De la relación cariñosa que nació con su vecina necesitada de atención y amistad, Marleen dijo: "Estoy muy feliz por Wanda. Pero como he dicho antes, hay muchos ancianos allí afuera que están solos como Wanda. Quisiera pedirles que tomen en consideración la idea de golpear sus puertas y saludarlos. Sé que para ellos significaría mucho. ¡Y quién sabe, quizás se hagan un nuevo amigo!"
¿Qué esperan?, salgan de las puertas de sus casas y golpeen la puerta del anciano vecino con una gran sonrisa en los labios: ¡estamos seguros que apreciará mucho el gesto considerado!