No tiene dinero para comprar las sillitas del auto a los hijos: un policía decide regalárselos en vez de multarla
La seguridad de nuestros hijos seguramente es la prioridad ante cada cosa. Puede ocurrir, incluso, no estar en condiciones económicas favorables para satisfacer determinadas faltas, no obstante la voluntad de querer hacerlo. Andrella Jackson, mamá de tres niños, no había podido llegar a comprar las sillitas para el auto porque todavía tenía muchísimos gastos más urgentes que afrontar, por ejemplo la ropa invernal de sus hijos.
Lamentablemente, antes de pensar en las sillitas, Andrella ha tenido que pensar en la comida, ropa, aseguración del auto y todas las otras responsabilidades del caso. Cuando el agente Zimmermann, de la policía de Milwaukee, la ha detenido, la mujer ha temido terminar en problemas por la ausencia de las sillitas, pero afortunadamente se encontró frente a un hombre comprensivo.
via tmj4.com
Después de haber hecho estacionar el auto de la mujer, Kevin Zimmermann ha notado que en el interior del vehículo había tres niños los cuales eran muy pequeños. Pero ninguna sillita estaba presente en el auto. Zimmermann sabe bien cuanto es necesario para la seguridad de los más pequeños un accesorio adecuado, obsesionado en los asientos del auto, donde acomodarlos. Andrella, sin embargo, ha admitido no lograr poder afrontar los gastos económicos en aquel momento de su vida, dando las debidas explicaciones al agente. Zimmermann, en vez de regañar y multar a la mujer, ha sido muy comprensivo y actuó concretamente: ha pedido los datos a la mujer y sucesivamente, le ha regalado las sillitas.
Incluso él tiene tres hijos y se ha identificado mucho en su rol de padre, imaginando que Andrella y sus hijos pudieran quedar involucrados en un peligroso accidente. La seguridad de los pequeños, estaba en juego. "He comprado estos por tus hijos" le ha dicho el agente Zimmermann, "así al menos no debes preocuparte de este aspecto en este momento de tu vida". Un verdadero alivio para Andrella, la cual no ha dejado un instante de agradecerle. Incluso los niños han estado muy felices y han continuado a decir "gracias" a ese hombre con uniforme que les había hecho ese maravilloso regalo.
Ahora Andrella puede dedicarse con más serenidad a otros aspectos de su vida y de sus hijos, dando prioridad a su bienestar esencial.
¡Felicitaciones a este policía de corazón de oro!
