A los 15 años pierde al papá y hace trabajos humildes para poder pagarse los estudios por su cuenta: ahora, es un estudiante modelo en Medicina
No se dejen convencer por nadie que es demasiado tarde para realizar los propios sueños. A pesar de las dificultades de la vida, los miles de problemas que surgen y los obstáculos a superar, la vida está siempre llena de miles de oportunidades que se esconden detrás de la esquina y de infinitas sorpresas. Por esta razón la historia de motivación que les contaremos hoy les enseñará una vez más a no derrumbarse jamás y a perseguir los sueños, cueste lo que cueste...
Esta es la historia de Luis Gustavo, un joven de Brasil que desde la adolescencia tuvo que ganarse el dinero de manera independiente para seguir viviendo de una manera digna; a los 15 años perdió al padre después de una larga enfermedad, luego ha vivido bajo la tutela de su abuelo paterno pero también él falleció.
Para poder mantenerse de manera independiente Luis hizo muchos trabajos: desde mesero a embalador de paquetes, de asistente en una farmacia a jardinero; todo para ganar dinero para seguir estudiando y realizar su sueño: ¡convertirse en médico!
Todos los ahorros que Luis se ha ganado con los años le permitieron hacer los exámenes universitarios para entrar en la facultad de Medicina, pero luego tuvo que abandonar a mitad de camino porque las tasas que debía abonar eran verdaderamente altas y solo no podía hacer un proyecto de estudios tan costoso.
Pero mientras trabajaba como jardinero en la casa del tío, el joven brasilero vio cambiar su vida para siempre: había llegado quinto en el ranking de la Facultad de Medicina de la Universidad de Palmas y por este motivo había ganado una beca de estudio para mudarse allí y emprender ese nuevo capítulo de su vida.
Luis debía solamente buscar dinero suficiente para poder pagar el alquiler en la lejana ciudad: ¿cómo lo haría? La solución al comienzo no fue para nada fácil: el joven comenzó a vender de todo, prácticamente desmanteló su habitación vendiendo de forma privada la ropa, la cama, los muebles e incluso hasta los libros, hasta cuando la historia de Luis Gustavo llegó Shirley Costa.
Esta joven, que nació de orígenes muy humildes y que ha creído en sus sueños ahora es responsable de una línea de maquillajes femeninos, y conoció a Luis y a su familia, tocando con la mano la situación precaria del joven que había ganado una beca de estudio: conmovida por la buena voluntad y por el talento del joven, Shirley decidió pagarle de su bolsillo un año entero de alquiler en la ciudad de Palmas, Luis no podía creerlo...
Esta historia es el testimonio perfecto de como en la vida el camino de una persona puede siempre tomar recorridos inesperados, y que luchar duro para realizar tus sueños, al final, lleva siempre al logro de la meta tan deseada.
¡Felicitaciones Luis!