Una abuela pobre y con problemas de salud pide ayuda para hacerse cargo de sus 7 nietos: no tiene nada para comer
Sucede muchas veces que son los abuelos los que deben hacerse cargo de sus nietos que, de lo contrario, se quedarían solos u abandonados. Esto sucede en todo el mundo, pero más frecuentemente en países pobres, donde debido a la poca escasa educación, reina la violencia. Es en esa situaciones que, a menudo, un padre se ve obligado a abandonar a sus propios hijos para intentar construir un futuro mejor para ellos; en el mejor de los casos, los pequeños se quedan con los abuelos o con algún otro familiar que decide hacerse cargo de ellos lo mejor posible.
En Yucatán, México, una abuela se hace cargo de sus siete nietos pero, dadas sus graves condiciones de salud y la imposibilidad de seguir siendo 100% eficiente hacia ellos, decidió apelar al buen corazón de los usuarios que pueblan las redes sociales.
Cuando no hay nada para comer y no se sabe que llevar a la mesa para los hijos o nietos, se vive un nivel de pobreza tal que bastaría de verdad poco para mejorar mucho la propia situación. Estamos hablando de donaciones, por parte de quienes tienen más suerte, que incluyan alimentos, ropa, mantas y otros bienes de primera necesidad que para la mayoría de las personas con más dinero les sobran. La foto de esta abuela, que irrumpió en las redes sociales agitando el ánimo de muchos usuarios, ya no tiene más la misma fuerza que en el pasado para poder ocuparse a tiempo completo, y sobre todo con eficacia, de sus siete nietos, también debido a graves motivos de salud. La anciana mujer, de hecho, tiene cataratas y su vista corre el riesgo de debilitarse cada día un poco más. Además, la abuela también es asmática y como consecuencia tuvo que permanecer protegida durante la ola de Covid-19 que amenazaba sobre todo a las personas más débiles y más ancianas.
Sin trabajo ni perspectiva del futuro, esta mujer pidió humildemente ayuda a quienes puedan donarle algún bien esencial y de primera necesidad. Sus nietos tienen todos entre 4 y 18 años y para ella, que ha superado los sesenta años, no es fácil hacerse cargo. No se sabe con precisión que pasó con los padres de los niños, dado que la abuela se niega a hablar de eso, pero esto no quita que la situación vivida sea de todas maneras dramática. Desde cuando su historia familiar se dio a conocer por un periódico local, algunos ciudadanos comenzaron a ayudar activamente a la abuela, organizando pequeñas colectas de alimentos y de varios tipos.
Esperemos que la abuela logre garantizarle un futuro digno a sus nietos, gracias también al buen corazón de muchísimas personas.