Una pantera abandonada por la mamá es criada por una mujer y por su perro: prácticamente son inseparables
¿Según ustedes habría sido posible domesticar un animal salvaje y hospedarlo en casa exactamente como si fuera un perro o un gato? Los estudios científicos no excluyen categóricamente esta posibilidad, aunque se ponen en guardia sobre la probabilidad que tal animal salvaje puede sacar afuera el propio instinto salvaje antes o después y pueda volverse en contra del humano que lo ha acogido y puesto al seguro, poniendo en riesgo la propia seguridad. Hoy queremos en cambio contar una historia verdadera que parece más un cuento y que tiene como protagonista a una pantera, una mujer y su perro.
via Luna The Pantera
Luna es el nombre de la pantera negra protagonista de esta tierna historia; nacida en un zoológico de Siberia pero rechazada y luego abandonada por su propia madre, esta pantera ha vivido los primeros meses de vida al frío, sin comida, en condiciones físicas no del todo óptimas. Aquel animal salvaje tenía necesidad de alguien que se ocupara de él y por suerte se hizo presente Victoria Rovskaya, una experta de animales exóticos que ha venido a conocer las condiciones en que se encontraba Luna y ha decidido valientemente hospedarla en la casa, donde ya vivía Venza, su Rottweiler...
La mujer estaba convencida que, si hubiese acudido y adiestrado a Luna desde la más tierna edad, habría logrado domesticarla como si fuera un animal doméstico calmo, afectuoso y no peligroso para el ser humano y para su perro; una intuición que con el tiempo se ha revelado ganadora, visto que Luna lentamente ha crecido como un felino doméstico ¡y ha instaurado con el tiempo también una amistad inmaculada con Venza, el Rottweiler de Victoria!
El perro y la pantera rápidamente se han "agradado" mutuamente y han forjado una amistad tan extraña como conmovedora: juntos salen para recorrer los campos y disfrutar el aire fresco de Siberia, se miman y juegan juntos, aunque si Luna no logra del todo poner aparte algunos de sus instintos más "salvajes" a diferencia del Rottweiler, la pantera negra ama seguir y cazar los pájaros o treparse sobre los árboles, ¡justamente como una pantera que se respeta!
Victoria sabe muy bien que criar una pantera negra como si fuera un animal doméstico no es de hecho simple, tanto es que también la dieta que sigue no es exactamente la misma que seguiría un perro que se precie: Luna debe consumir comida con muchísimas vitaminas y proteinas para estar en forma, ¡pero esto parece no ser un problema para Victoria y para Venza!
El perro y la pantera parecen no hacer caso a la diferencia de especies entre ellos dos, signo que el afecto y la confianza entre dos animales puede nacer también en la manera más inesperada y curiosa, mientras la apuesta de Victoria ha sido vencida en todos los frentes: ha logrado domesticar y criar como si fuera un animal doméstico una pantera negra, que ahora ha encontrado en un ser humano y en un perro sus mejores amigos.
¿Lo habrían creído alguna vez?
