Una mamá exhausta explica el porqué no se debería hacer una visita a quien ha dado a luz
Katie Browman había dado a luz hacía hacía apenas 24 horas cuando su habitación del hospital fue "invadida" por familiares que no veían la hora de darle la bienvenida al pequeño recién llegado. Alguien le ha sacado una foto en aquello que, seguramente, tenía que ser un momento de alegría y fiesta para todos los abuelos, amigos, tíos y primos presentes en la habitación, pero, desafortunadamente no para ella. La expresión de su rostro lo demuestra plenamente. El mensaje que quiere enviar esta nueva mamá es muy simple: después de haber tenido un ser dentro del propio cuerpo por 9 meses, una mamá tiene necesidad primero que nada al descanso y luego, acostumbrarse a la idea de ser una mamá en todo sentido. ¿Es demasiado pedir uno o dos días de tiempo para tomarse después del parto? La pregunta que se pone Katie es claramente retórica y justamente desde aquí es que parte su desahogo.
Convertirse en mamá no es justamente nada fácil y por lo tanto es comprensible el entusiasmo de amigos y parientes, quizás se debiera cambiar la atención, al menos por 24 horas, al trabajo apenas realizado por la madre y dejar a esta última el justo espacio para recuperarse. Además, ¿cómo se hace para entender bien como tener en brazos al propio bebé recién nacido o como amamantarlo, si la habitación polula de gente que no ve la hora de sacarse una foto y llevar regalos? Por cuanto sea bellísimo, un parte es también dolorosa e incluso el amamantarlo puede serlo: ¡imaginen sufrir en cada mamada, el cansancio y la frustración crecersán de forma desmesurada cada día! En virtud de todas estas dificultades, entonces, ¿porqué la gente se obstina todavía en hacer visitas a la nueva mamá en el hospital inmediatamente después del parto?
No obstante Katie estuviera bien conciente de sus necesidades, ninguno de los cuales incluía frases del tipo "¡pareces muy cansada!" o "¿ya perdiste algunos kilos?", no ha tenido la fuerza de levantar la voz para alejar amigos y parientes en ese primer momento, tan delicado para ella y para el niño. Su reflexión, sin embargo, es una invitación a los demás y dejar el espacio a las futuras madres y respetar sus necesidades: "La próxima vez que algún conocido tenga un bebé, recuerden de cuanto podrá estar cansada esta nueva madre. Sé que no ven la hora de ver al pequeño, pero recuerden que hacer visitas a un neonato no es tu derecho, más bien un privilegio".
En definitiva, la próxima vez piensen dos veces antes de hacerlo.