En 40 años corrió junto a su hijo discapacitado más de 1000 maratones: quería hacerlo feliz
Dick e Rick Hoyt eran un equipo inseparable, en la vida y en el deporte. Todo comenzó en 1997 cuando Rick le dijo al padre Dick de querer participar en una carrera a beneficio para un jugador de lacrosse que quedó paralizado. Sin embargo, también Rick tiene una discapacidad: se trata de una parálisis cerebral que lo obliga a quedarse sobre una silla de ruedas y a comunicarse a través de una computadora, pero no por esto el padre pensó alguna vez hacer infeliz a su hijo: habría encontrado la manera para que puedan correr juntos. Esa carrera fue la primera de muchas otras y, a pesar de que llegaron penúltimos, les regaló una gran enseñanza.
via abcnews.go.com
Dick lo empujaba de una silla de ruedas deportiva y Rick, al finalizar la carrera, le dijo "papá, cuando corro me parece que mi discapacidad desaparece". El viento en el cabello, la velocidad, tener otras personas alrededor para competir le daban al joven la impresión de correr con sus piernas.
Desde aquel momento, y después de esas palabras, Dick nunca dejó de correr junto a su hijo y han participado en más de 1000 carreras, incluídas 32 maratones de Boston, en unos 40 años. Aquí no se podía solamente correr: era necesario también nadar y andar en bicicleta. dick lo colocaba en un bote en las competiciones de natación y lo llevaba en una bicicleta especial con asiento delantero en las competiciones de ciclismo.
Los médicos estaban convencidos que Rick nunca podría tener una vida normal, pero los padres, Dick y Juda, hicieron de todo para desmentir las convicciones de los médicos: se aseguraron que su hijo pudiera ir a la escuela, que participe en la vida de la comunidad y que haga deporte. Rick logró comunicarse, aunque con toques de cabeza, logró graduarse en educación especial en la Universidad de Boston, y logró participar a muchas maratones.
Dick habría participado a otras maratones, si no hubiese sido por su avanzada edad. Hoy este padre no está más y los demás hijos, Rob y Russ, lo recuerdan como un héroe, un ejemplo de dedicación y determinación. Dick ha dedicado su vida a su hijo y a su felicidad, pero no solamente: quería ser un ejemplo para los "niños especiales" y para sus padres. Quería demostrar que es posible ayudar a los hijos a que tengan una vida lo más normal posible, hecha de alegría, adrenalina, competencia y de viento en el cabello.