Niño gasta todos sus ahorros para donar una bicicleta al gasolinero que lo había ayudado
Un acto de amabilidad hacia quien es menos afortunado que nosotros no cuesta nada; a veces el más espontáneo y placentero sale directamente desde el corazón, sin que nadie nos empuje a ponerlo en práctica. Son las manos extendidas de repente, las sonrisas que se hacen a las personas menos afortunadas que nosotros o simplemente, son los favores devueltos a quienes en cambio quisieron darnos una mano cuando estábamos en dificultad los que pueden hacer la diferencia en este mundo...
via Times Live
Algo que sabe muy bien es Mandy Preston y su hijo Vaughn; los dos viven en Gillits, Sudáfrica, y ambos son muy apasionados de las bicicletas y el ciclismo en general, tanto es así que cuando pueden salen juntos para hacer largas carreras y paseos al aire libre en su medio de transporte preferido. Un día, mientras mamá e hijo montaban sus bicicletas, Vaghn no se sintió bien, y se tuvieron que detener de repente en una estación de servicio.
Allí un empleado y gasolinero llamado Tony se acercó al jovencito para preguntarle si todo estaba bien y ofrecerle un vaso de agua para calmarlo y hacerlo sentir un poquito mejor.
Este simple pero al mismo tiempo extraordinario acto de amabilidad por parte del gasolinero Tony no pasó desapercibido por la mamá Mandy y especialmente por su hijo Vaughn; el niño y el empleado de la estación de servicio continuaron hablando y generando una amistad los días posteriores, por lo que el niño descubrió que también Tony era un apasionado de las bicicletas y pronto querría comprarse una...
En ese momento, a Vaughn se le ocurrió una idea brillante y al mismo tiempo muy emocionante y generosa: "Vaugh me preguntó si quería realmente irme de vacaciones este año y, preguntándole el motivo, dijo que prefería invertir sus ahorros para ir de vacaciones ese verano solamente para ayudar a Tony a conseguirle su tan deseada bicicleta", contó la mamá Mandy
Y así ha sido, Vaughn no lo pensó dos veces y colaboró como pudo para comprarle una bicicleta nueva al amable gasolinero que lo había ayudado ese día; cuando también el gerente de la estación de servicio y los empleados se enteraron que el pequeño estaba ahorrando para comprarle la bicicleta a Tony, ¡también ellos quisieron participar con gusto!
Obviamente, Tony no solamente estaba sorprendido por aquel maravilloso acto de amabilidad que nació de la idea de un niño de tan solo 10 años, sino que también estaba bastante conmovido cuando vió la bicicleta: "Nuestros hijos nos enorgullecen en muchas ocasiones, pero hoy mi corazón y el de él están tan llenos de alegría frente al rostro de ese hombre amable que, bastante asombrado, aceptó el regalo de este niño de 10 años...", dijo Mandy.
Una hermosa historia que nos recuerda algo muy importante: un acto de generosidad nunca queda "impune" por mucho tiempo; tarde o temprano, ¡esa extraordinaria bondad que hemos puesto en práctica volverá hacia atrás de la manera más inesperada y alegre!
