Papá soltero adopta a una niña que nadie quería con una enfermedad terminal: la crió con mucho cariño
Cuidar a niños menos afortunados que nosotros y luego poder adoptarlos puede ser un proceso burocrático que no todos los voluntariosos papás y las queridísimas mamás logran enfrentar y completar con éxito, pero para aquellos que lo logran es una de las alegrías más hermosas que se pueden sentir en la vida. Una sensación extraordinaria que conoce muy bien desde hace años Mohamed Bzeek, un hombre nacido en el Líbano que vive desde hace años en California.
via PBS News
Desde cuando llegó a los Estados Unidos, Mohamed, junto a su ex mujer Dawn, ha adoptado a muchos niños, desde el lejano 1989; con su esposa, el hombre acogió a muchos niños con enfermedades particulares y con enfermedades terminales; por este motivo es que Mohamed está acostumbrado a dar muchísimo cariño y amor a estos pequeños en busca de atención, ayuda, una caricia, un beso, una figura paterna que pueda tranquilizarlos y hacerlos cruzar por un camino de sus vidas extremadamente difícil.
Por esta razón es que Mohamed y Dawn siempre han estado acostumbrados a decir adiós prematuramente a muchos niños con enfermedades terminales que con el tiempo no lo lograron; lo que sin embargo lograron hacer es sentir amor y cariño hacia estas dos figuras paternales que se hicieron cargo de su condición de sufrimiento y han intentado aliviar sus terribles dolores...
Mohamed se separó de su exposa en el 2013, pero nunca ha dejado de adoptar niños con condiciones y patologías raras y graves para darles algo de serenidad y cariño...
Hoy en día, el amable y altruista Mohamed dedica todos sus días como nuevo papá soltero a cuidar una niña de 6 años con un defecto cerebral muy poco común: la niña lamentablemente es ciega, sorda y tiene una parálisis permanente en los brazos y en las piernas, y por este motivo requiere una asistencia diaria las 24 horas; pero esto no desanima a este papá adoptivo ejemplar: "Sé que no puede oírme, ni verme, pero yo le hablo siempre. Siempre la tengo en mis brazos, juego con ella, la acaricio. Sé que tiene sentimientos, tiene un alma. Ella es un ser humano..."
Mohamed sabe que la alternativa de estos niños con enfermedades muy graves o con enfermedades terminales es la muerte solitaria dentro de un instituto especializado, sin que estos pobres pequeños puedan tener la experiencia de una sonrisa, de un rostro amistoso, una caricia, una figura paterna que pueda susurrarles "todo estará bien" una vez más.
Lo que en todos estos años logró hacer Mohamed merece solamente admiración, respeto y aplausos: ¡Eres una persona fantástica!