"Quiero vivir mi amor libremente": sacerdote anuncia durante la misa que se ha enamorado de una mujer
A pesar de ser una práctica difundida en la religión cristiana protestante, sobre todo en los Estados Unidos, en las reglamentaciones milenarias que fundan la religión católica no está permitido a los sacerdotes poder casarse y tener una pareja oficial; por tal razón, de hecho no es imposible escuchar o leer historias de sacerdotes católicos relativamente jóvenes que han decidido poner en el clavo la sotana del clero y elegir el camino más inaccesible y complejo de todos aquellos que se pueden recorrer en la vida: el del amor por otra persona.
via La Repubblica
La historia increible que queremos contarles hoy ha sucedido en el pueblo de Massa Martana, en provincia de Perugia, en Italia; aquí el párroco de 42 años Don Ricardo Ceccobelli ha anunciado a sus fieles durante la misa dominical que pronto habría renunciado a los votos religiosos que había profesado hacía unos diez años antes y que habría perseguido otro sueño, otra pasión: el amor por una mujer.
Las palabras reveladas a los incrédulos fieles y frente a la presencia del obispo Gualtiero Sigismondi, han sido conmovedoras e iluminadas: "Mi corazón está enamorado, si bien nunca he tenido manera de trasgredir las promesas que he hecho. Quiero probar a vivir.
Don Ricardo Ceccobelli luego ha continuado: "No puedo no continuar a ser coherente, transparente y correcto con la Iglesia como hasta ahora siempre he sido".
Una decisión inusual, pero que no ha sido juzgada de manera negativa por la Curia, ni por el obispo que estaba presenciando la misa donde el sacerdote de 42 años ha hecho su revelación. El amor por otra persona es un sentimiento que a veces puede ser ingobernable, liberador, pero aún así demasiado, demasiado humano y no obstante los votos religiosos y la sotana, también Don Ricardo es un ser humano con sentimientos humanos y comprensibles.
El obispo Sigismondi, emocionado, le ha deseado paz y serenidad para su valiente colega, donde les ha rogado no juzgar la elección sino de comprender y aceptar: "Esta elección suya, realizada con plena libertad, como él mismo nos ha confiado, pueda asegurarle serenidad y paz. No tenemos el derecho de comentar respecto a lo que Don Ricardo ha decidido, sino más bien el deber de no hacerle faltar el abrazo de la plegaria".
Con su elección audaz y repentina, Don Ricardo Ceccobelli ha conmovido a la opinión pública italiana, preguntándose cual es la sutil linea del límite entre amor hacia Dios y amor hacia otra persona. ¡Este joven sacerdote ha hecho su elección y también nosotros queremos desearles felicidad, paz y mucha serenidad en los días por venir!
