Con 5 años ayuda a los electricistas en su casa cuidando siempre de ellos: al final del trabajo, le regalan 20£
Cuando tu hijo es tan colaborador que los quiere ayudar a hacerse cargo de las pequeñas tareas del hogar, sosténganlo fuerte: hoy en día, la nueva generación está mucho más desconectada y menos acostumbrada al trabajo manual y a los pequeños trabajos que se pueden hacer en la casa. Es cierto, han cambiado los tiempos, la tecnología le ha facilitado todo a todos, pero esto no significa necesariamente que los tiempos de hoy sirvan para hacer crecer a toda costa una generación mejor y más capacitada...
via Mirror UK
Sin embargo, hay niños que no se echan atrás cuando hay que hacer algún trabajo manual, no se quejan y son definitivamente curiosos; como Theo, el hijo de Laura-Nicole Anderson, que no solamente le ha dado una mano a los electricistas que han estado en su casa por un período de tiempo, sino que al final de los trabajos ha recibido incluso un verdadero "pago" por parte de los trabajadores que le han agradecido a la madre y a su hijo por toda la ayuda recibida.
The, un niño de 5 años, transcurrió las seis semanas de trabajos eléctricos en la casa dándoles una pequeña mano a los electricistas: era muy curioso, hacía preguntas, tomaba medidas cuando podía, se ocupaba de preparar bebidas y comida para los trabajadores en sus horas de descanso...
Al final de las seis semanas que fueron necesarias para terminar los trabajos, los electricistas le dejaron una pequeña paga para el gran Theo: le habían otorgado 20 sterlinas por su extraordinario trabajo de supervisión; no solamente Theo estaba radiante y sorprendido, sino que también la madre no podía creer frente a ese gesto tan generoso por parte de los electricistas: "Lo primero que dijo después de "gracias" ha sido que estaba feliz porque quería ir a comprar un huevo de Pascua para su hermano...Desde el momento en el que llegaron para controlar todas las tomas eléctricas, Theo estaba obsesionado con ellos, les ofrecía constantemente su ayuda, preguntándoles lo que estaban haciendo con cada paso. Resultó ser un trabajo más largo de lo previsto y era necesario hacer algunos trabajos en la zona de la ducha para agregar más enchufes, entonces tuvieron que programar algunas visitas más..."
La mujer continuó contando: "Cuando me enviaron un mensaje para coordinar un horario, he pensado que no había ninguna posibilidad de llevar a Theo a la escuela mientras ellos estaban aquí. ¡Ese día corrió desde la escuela a casa porque no veía la hora de verlos! Theo ayudó a contar los enchufes en cada habitación, asignándolos a medida que avanzaba, luego apagó todos los enchufes. Les preparó comida e insistió para que le dieran más trabajo para realizar. A cada pregunta que él les hacía ellos le respondían con mucha amabilidad, encontrando su tiempo a pesar de que estaban muy ocupados. No puedo agradecerles lo suficiente, hicieron muy feliz a Theo mientras estaban aquí. ¡Siempre encontraban tiempo para él y se comprometían en todo lo que le pedían!"
Un acto de amabilidad, el de los electricistas, que enorgulleció mucho a la mamá del pequeño Theo: sabía que estaba criando un hijo ejemplar, curioso, colaborador y muy interesado en los trabajos manuales, ¡se merecía esos 20 dólares!