Se emociona viendo a 2 gemelos y pide poderlos abrazar: "Me recuerdan a mi nieto que no está más"
Cada ser humano que encontramos en el camino tiene una historia personal que no podemos conocer sin habernos relacionados antes con él. Nuestros prejuicios suelen ser bastante rápidos, sobre todo cuando se trata de desconocidos: es muy fácil culpar a quienes entorpecen la fila en el supermercado o con quienes manejan particularmente despacio, pero los motivos que hay detrás de esas acciones pueden ser múltiples y quizás, también dolorosos. ¿Por qué juzgar y ser agresivos? Tenemos la decisión de poder ser amables con el prójimo y quizás, deberíamos aprovecharla. Una mujer ha explicado muy bien este tipo de sensación, después de haber tenido un encuentro casual con una mujer anciana en el supermercado. La mujer había comenzado a hacerle algunas preguntas sobre sus dos hermosos gemelos y en confianza, le dijo lo feliz que era al escuchar sus risas. El motivo le ha literalmente roto el corazón a la mujer.
La mujer contó que había ido al supermercado con sus hijos, dos gemelos de pocos años, y como siempre había tenido en cuenta las preguntas de todos aquellos desconocidos que se acercarían para decirle lo hermosos que son sus hijos. No se sabe por qué, pero la vista de dos gemelos llena siempre de felicidad a las personas que encuentra y también esta vez, una señora se detuvo a observarlos. "Aquí empieza con las preguntas", pensó la madre, molesta por la pérdida de tiempo. La señora, de hecho, comenzó a preguntarle las cosas clásicas que todos le preguntan en estos casos, hasta que en un momento dijo algo que cambió por completo la conversación: "Se que probablemente me esté odiando por todas estas preguntas, lamento hacerle perder tanto tiempo...Es que he perdido a mi único nieto el año pasado, y las pocas veces que veo a niños de su misma edad es cuando hago las compras".
Esas palabras han cambiado todo: la mujer le preguntó si quería continuar estando un rato con ellos y así fueron juntas al mostrador del pescado. Durante unos quince minutos la anciana señora pudo revivir la alegría de "tener dos nietos" y verlos reír y jugar. "No sabes lo que daría para poder escuchar reír a mi nieto una última vez" dijo la señora. La mamá de los gemelos sintió que se le encogía el corazón y permaneció en silencio, comprendiendo el dolor de la señora. Poco después, se saludaron cálidamente: "¿Puedo abrazarlos?" preguntó la señora. Uno de los gemelos le devolvió el abrazo gritándole "¡te quiero mucho!" y también ella, abrazando a la madre, le dijo con el corazón: "¡También yo los quiero mucho, a los tres!". Luego, la señora desconocida se dirigió hacia las cajas y sus vidas nuevamente se separaron.
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Un encuentro que hizo reflexionar a la joven madre sobre cómo al principio no estaba dispuesta a escuchar a una desconocida. Había olvidado que detrás de cada rostro, se esconde una historia distinta; podrían ser historias que hablan de fragilidad, y precisamente por esto, siempre es mejor dirigirse a los demás con toda la amabilidad posible.
