La mujer abandona a la familia y se ve obligado a criar solo a sus 4 hijos: el grito de ayuda de un papá indigente
No puede haber algo peor que una crisis económica provocada por una pandemia global para poner de rodillas a familias pobres que ya desde antes tenían una gran dificultad para llegar a fin de mes; ahora, en cambio, no hay trabajo y muchos padres y madres de familia no pudieron evitar hacer otra cosa que solicitar desesperadamente ayuda; en muchos de estos casos dramáticos, también hay niños dependientes que necesitan ayuda, ropa, comida, útiles escolares: ¿Quién se ocuparía de ellos si no entra dinero a casa?
Esta es la historia de Neri Bordón, un papá soltero de 33 años que en el transcurso de muy poco tiempo se encontró sin su esposa y sin un trabajo: no teniendo ni parientes y amigos, no sabe a quien solicitarle ayuda para seguir adelante y criar a sus cuatro hijos de 7, 5, 4 y 2 años. Hasta hace dos años atrás, Neri estaba separado de su esposa que se ocupaba de los niños mientras él intentaba hacer algún trabajo humilde para mantener la casa y ayudar con los gastos de los niños.
Pero a los pocos años, sucedió un desastre: estalló la pandemia del Covid-19, Neri tuvo que permanecer en su casa durante mucho tiempo y no logró encontrar más un trabajo decente; a todo esto, la esposa decidió de repente abandonar a su familia y como consecuencia dejarle la custodia de sus hijos a él...
¿Cómo podría este joven mantener su casa? No tenía amigos o parientes que pudieran darle una mano en Posadas, el pueblo Argentino donde vive ahora junto a sus 4 hijos, y ahora lanza un grito desesperado de ayuda, explicando cómo su situación familiar es dramáticamente precaria: "Me separé de mi esposa hace dos años, pero siempre he visto a mis hijos, hasta que de un día para el otro ella nos ha abandonado y ahora debo ocuparme de ellos; además, con la llegada de la pandemia, todo se ha complicado."
El papá soltero de 33 años hace un llamamiento a todos aquellos que quieran ayudarlo y a sus niños indigentes: "Necesitamos ayuda, ropa para ellos, calzado, comida, colchones, cualquier cosa. Las clases en la escuela comenzaron, pero yo aún no inscribí a mis hijos para enviarlos a la escuela, no tenían calzado, por no hablar de comida, mochilas y todo lo necesario. No tengo un pariente estrecho, no tengo a nadie con quien dejar a mis hijos para poder ir a trabajar..."
Afortunadamente sus vecinos acudieron al grito de ayuda del hombre, que intentan dar una mano como pueden, intentando de que no les falte nada a los cuatro niños: a veces, incluso un plato de fideos, un poco de azúcar, un vaso de café o zapatos nuevos pueden hacer la diferencia...
Esperamos que el futuro de este padre repentinamente soltero y el de sus cuatro hijos pueda ser brillante y estar lleno de satisfacciones: ¡tiempos mejores llegarán también para ellos!