Los padres deben saber imponer límites a los parientes respecto a la educación de los propios hijos

por Patricia Zorzenon

06 Junio 2021

Los padres deben saber imponer límites a los parientes respecto a la educación de los propios hijos
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Formar una familia hecha de amor, afecto recíproco, respeto y valores importantes a seguir en la vida es un objetivo común que tiende a hacernos un poco a todos más parecidos de cuanto no podemos imaginar. Cuando dentro de un núcleo familiar llega el primer hijo, el segundo y así sucesivamente, siempre están en acecho la presencia "voluminosa" de suegros, parientes y amigos cercanos. No es que queremos conscientemente ponerles a toda costa palos en la rueda, pero a menudo resultan más invasivos que de ayuda en la casa... 

via Plenamente

Pixabay

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Aquí algunas sugerencias para poner límites a nuestros parientes y familiares cuando pensamos que están demasiado presentes en nuestras decisiones como padres.

  • Establecer límites claros y precisos: muy a menudo nuestros parientes más estrechos no logran comprender que cosa es más justo para ustedes los padres y para sus hijos, por eso no logran darse cuenta de los límites que van más allá. Se necesita entonces hacer de manera que entiendan en el modo más claro posible que cosa pueden y no pueden hacer. Para evitar incomprensiones.
  • Déjense llevar y busquen confiar en su bebé: sabemos que para un padre de un hijo pequeño es muy duro dejarse llevar por los eventos y no tener todo bajo control, pero a menudo probar a dar más confianza al pequeño de casa y a sus exigencias los ayudará a entender cuales son las verdaderas necesidades ya sea las de ustedes que las del hijo.
  • Poner por escrito los valores que siguen en familia: escribir una lista de valores y de reglas para seguir en casa y que todos los miembros de la familia deben respetar mutuamente podría ser una valiosa solución para evitar interferencias y presencias demasiado "pesadas" en sus casas y que no pertenecen a su núcleo familiar estrecho.

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Nico Sanchez/Flickr

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  • Hagan una pausa antes de actuar impulsivamente: muy a menudo los comportamientos de nuestros niños son difíciles de manejar y controlar, por eso a veces nuestra reacción como padres es demasiado impulsiva y equivocada. Aprender a manejar nuestras emociones y nuestros instintos nos ayuda no solo a construir una relación más saludable con nuestro hijo y los miembros de nuestra familia, sino también con los parientes que buscan en cualquier modo  "entrometerse" en nuestras decisiones, pensando en darnos una mano.
  • Sean empáticos cuando puedan: cada uno es diferente y a menudo demasiado difícil comprender a pleno porqué los otros hacen algunas cosas y porqué actuan en un cierto modo. Lo que deben buscar hacer como padres es no culpar a la suegra y parientes por ser involuntariamente pesados y dedicar todas sus energías en establecer estos límites con ellos.

¿Está claro?

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