"Mejor casarse tarde que arriesgar de casarse con la persona equivocada": una reflexión para compartir
Si cuando éramos adolescentes, la pregunta de los familiares que más nos intimidaba era "¿Y novio o novia no tienes?", hoy en día, habiendo cumplido esa edad entre los 30 y los 35, es el hecho de no estar aún casados y con hijos para hacernos sentir incómodos. ¿Pero por qué? ¿Por qué es tan importante en la sociedad de hoy decir si estás casado o si eres padre? Se trata de decisiones importantes, de las cuales con demasiada frecuencia nos arrepentimos después de varios años. En lugar de arrepentirse más tarde, cuando se eligió tomar la responsabilidad del matrimonio, o la de tener hijos, sería mejor reflexionar un poco mejor primero. No importa cual sea la presión social que se nos imponga, porque nuestro futuro y nuestras decisiones son mucho más importantes. Es necesario sentirse preparados para afrontar ciertos cambios: ¿están de acuerdo?
A pesar de que sentimos hablar constantemente de divorcios y a pesar de que parece cada vez más difícil encontrar personas con afinidad, a pesar de que la tecnología parece habernos puesto a disposición verdaderos "catálogos" digitales para elegir "las opciones más atractivas", gracias a las miles de aplicaciones de encuentros y a las redes sociales, a través de las cuales hablamos indiscriminadamente con todos, todavía somos vícitmas de una manera de pensar absolutamente anacrónica: si tienes más de una cierta edad y aún no estás casada/o, entonces has perdido el tren para siempre. Cuando escribimos "Una cierta edad", nos referimos a un período de tiempo que coincide con una edad específica, es decir que ese momento va desde los 30 a los 35 años aproximadamente. Pero después de las consideraciones hechas sobre las dificultades de conocer y encontrar gente dispuesta a comprometerse seriamente, ¿Cómo podremos elegir a la ligera con quien pasar el resto de nuestra vida, solamente porque ya superamos los 30 años? No es una decisión sabia.
Más sabio sería tomarse todo el tiempo necesario para entender si la propia pareja es realmente la "persona correcta". Mejor pensarlo antes, que después. El mismo razonamiento debería ser aplicado a la voluntad de tener hijos y quizás, sería necesario pensarlo no una, sino dos veces antes de dejarse llevar por una situación de ese tipo. Tener hijos podría ser lo más lindo que podría sucederles, ¿pero son conscientes de las responsabilidades? No habrá más espacio para tu egoísmo y para tus prioridades, porque las prioridades serán otras y no podrán esconderse detrás de ninguna excusa: otras personas dependen de ustedes y de sus decisiones. A la luz de estas simples reflexiones, ¿Por qué no podemos "normalizar" el deseo de casarnos o el de tener hijos, cuando nos sentimos preparados? ¿Por qué debemos seguir sufriendo los prejuicios y las críticas de quienes piensan cuál sería el momento más adecuado para formar una familia?
Mejor reflexionarlo bien y disfrutar la vida paso a paso: si son rosas...¡florecerán!