Mujer descubre que su ex marido le da de comer croquetas de pollo a la hija vegana
Al día de hoy es seguramente más fácil elegir el régimen alimenticio que más se prefiere, teniendo a disposición una cantidad de elecciones o de opciones sin precedentes. Veganos, vegetarianos, carnívoros, omnívoros, amantes de los alimentos crudos, quienes comen solamente pescado y quienes solamente fruta, la lista podría seguir por bastante tiempo, pero ¡el concepto es claro!, ahora todos tienen un lugar reservado en la mesa de un restaurante, de un lugar de comidas rápidas o en la casa de un amigo. No importa si lo hace por elección ética o por cuestiones de salud personal, porque todos son libres de comer lo que quieran. Para los niños, esta libertad de elección parece un poco más desenfocada, dado que sus elecciones de alimentos inevitablemente se remiten a la de sus padres. Una mujer quiso compartir una historia sobre su ex marido y su hija, pidiendo la opinión de los usuarios, con respecto a un ridículo despecho del hombre.
via Reddit
En Reddit, una mujer enfurecida quiso pedir la opinión de los usuarios sobre un asunto familiar un poco delicado: su ex marido le dio croquetas de pollo rebozadas a su hija vegana, sin decirle nada. Cuando eran matrimonio, él era vegano y dado que no soportaba más la presencia de productos de origen animal en la casa, convenció también a la mujer a que tomara esta elección ética. La mujer, por lo tanto, abrazó también ella con convicción el veganismo, orgullosa de sus nuevas ideas. Cuando quedó embarazada, siguió manteniendo la dieta antes mencionada y la misma filosofía. Además, los dos acordaron juntos que criarían a su hija con los mismos valores y por lo tanto, con una dieta vegana. Todo esto funcionó hasta el divorcio, debido a la infidelidad del marido. "He aprendido mucho sobre la manera en la que se prepara la comida y acepté convertirme en vegana", escribió la mujer en su declaración, "era vegana mientras estaba embarazada y hemos también criado a nuestra hija de la misma manera en los últimos ocho años".
Un día, la mujer había ido a buscar a la hija a la casa de su ex pareja y frente al pedido de un bocadillo, la mujer le ofreció una manzana. La niña, sin embargo, quería a toda costa croquetas de pollo, sobre todo porque con el auto se estaban acercando a un McDonald. Ante la negativa, la niña comenzó a gritar y a hacer caprichos, rechazando la sopa de verduras, una vez de regreso a casa. La mamá entendió en ese momento que la niña ya las había comido, y le habían gustado las croquetas de pollo que el padre le había permitido que probara. "Me odia, soy una pésima madre, el padre le había dejado comer croquetas de pollo. Se consumió llorando", comentó la mujer, triste por lo sucedido. El día después, la niña comenzó a preguntarle a la madre si aún la quería, a pesar de haber comido carne. Obviamente, la madre la tranquilizó en todos los aspectos, comunicándole que no había estado contenta con su reacción: está bien dejar salir las emociones, pero es necesario controlarlas.
La mujer no estaba ciertamente enfurecida con la hija que comía carne, más bien con su ex marido que no le había dicho nada al respecto. Sobre una elección educativa que involucraba a su hija, se esperaba al menos una llamada. En cambio, el hombre no pensó en lo más mínimo en advertirle porque sabía que "habría reaccionado de manera exagerada": "La estás controlando, pero no tienes la necesidad de saber cada pequeña cosa que hace cuando nuestra hija está conmigo". La mujer estaba enfurecida, sobre todo porque el ex marido profesaba ser vegano convencido y le impedía comer incluso simples galletas (entre otras cosas, veganas) durante el embarazo. La buena noticia es que, después de lo sucedido, la madre tomó en consideración los gustos de la pequeña y le permitió comer cada tanto huevos y carne, sobre todo cuando van a visitar a los abuelos (¡ciertamente mejor las albóndigas de los abuelos que McDonald!), y cuando desayunan el fin de semana.
¿Ustedes qué piensan de esta historia? ¿La mujer tenía el derecho a enojarse?