Una joven pareja arriesga pasar la noche al frío, pero un indigente les ofrece su ayuda
A menudo y con placer, son justamente las personas que han sufrido más a no dudar en tender una mano hacia quien tiene más necesidad. ¿El motivo? Quien ha sufrido o se ha encontrado en una situación incómoda, sabe bien que cosa se siente, entonces, sabe también como ser de ayuda, porque es exactamente lo que habría querido recibir en primera persona cuando tenía necesidad. La historia que estamos por contarles habla exactamente de esto.
Dos jóvenes de poco más de veinte años, estaban regresando a casa después de haber transcurrido una larga noche juntos; la pareja de novios, no se había dado cuenta, de la hora: la metropolitana ya estaba cerrada y para volver a repartir debían esperar al menos otras 4 horas. Inútil decir, que la noche era muy fría. La joven se asustó con pensar en tener que pasar una noche al frío helado, pero en aquel momento un alma gentil intervino en su ayuda.
Charlotte Ellis y su novio Taylor Waldon, ambos de veintidós años, estaban volviendo a casa después de una larga noche transcurrida en Covent Garden, Londres. Los dos, jóvenes despreocupados, no se habían mínimamente dado cuenta de haber exagerado un poco con el horario y cuando se presentaron frente a la estación de la metropolitana, los portones estaban cerrados. Para retomar el primer tren de la mañana y estar en casa, los dos debían esperar por al menos otras cuatro horas; esperar todo ese tiempo en el frío y la helada de enero no era exactamente la mejor elección y ambos jóvenes han comenzado a tener miedo. Pero alguien, se dio cuenta de su situación y de atrás a la espalda de Charlotte, una voz preguntó: "¿Quieres que te preste mi campera de abrigo? Es una larga espera y esta noche hace frío". En hablarle fue un joven indigente, el cual sabía muy bien que cosa significaba dormir al abierto.
Charlotte, a decir verdad, aceptó de inmediato el ofrecimiento de aquel hombre gentil, no obstante su novio no estaba muy convencido. Ella misma luego ha afirmado no poder dejar solo aquel hombre, al frío, después de su amabilidad: "Ninguno merece estar afuera en la noche en esas condiciones. No estoy diciendo que deberías confiar de todos aquellos que encuentras en la esquina de una calle, ¡pero en algún modo deberias confiar!" El indigente de nombre "Joey" ha compartido gustosamente aquello poco que tenía con tal de ayudar a dos desconocidos en problemas. Naturalmente, Charlotte y Taylor han querido devolverle el favor y le han ofrecido ir a la casa con ellos, para hacerse una ducha, afeitarse la barba, comer y dormir en un lugar caliente. Joey al principio rechazó toda aquella ayuda, pero luego Taylor le dijo que si no se unía a ellos, no habría llevado de regreso a la joven a su casa.
Charlotte al principio estaba preocupada que su madre pudiera enojarse por haber llevado a casa a un desconocido, pero a decir verdad, todos sus familiares y amigos se conmovieron frente a la presencia de Joey y han entendido el motivo por la cual Taylor y Charlotte lo habían hecho. Joey, con la ayuda de los dos jóvenes se recuperó y se volvió uno de los mejores amigos y encontró un trabajo. Todo eso demuestra que algunas personas tienen solo necesidad de ayuda para resolver sus conflictos y que no debemos juzgar nunca a un "indigente" sin antes conocer su historia.