Jóvenes "adoptan " un indigente de 108 años y lo llevan a su casa
Cuando se tiene la posibilidad de cumplir una buena acción, no hay que abandonar nunca su propósito. Derrotar la pobreza con la acción de lo simple es imposible, pero un gesto solidario puede igualmente cambiar la vida de una persona. ¿No les parece que ya es suficiente? Karla Delgado, una joven de veinticinco años mexicana, estaba regresando a casa en Torreón, en el estado mexicano de Coahuila, cuando se topó con Don Felipe, un indigente de 108 años, que estaba en pésimas condiciones. Karla escuchó contar por el hombre como había terminado transcurriendo su vejez por la calle y después de comprender los motivos, decidió ayudarlo de verdad. Sus hijos lo habían abandonado, pero ella no abandonaría jamás a un "hombre" tan anciano, sin un techo sobre su cabeza y sin nada que poner en la boca.
Karla no podía creer que aquel hombre viviera "bajo una palmera" a cielo abierto. ¿Cómo se puede abandonar a un hombre de 108 años por la calle? La historia de Don Felipe es la de cualquier padre desafortunado, que una vez llegada una cierta edad, ha sido completamente ignorado por los propios hijos. Para él, la suerte no ha sido clemente, y ha terminado viviendo en la calle. Karla le había pedido a Don Felipe que lo acompañara a la casa, visto que el sol, esa tarde, estaba todavía alto y candente, pero el anciano le había respondido que la palmera era su casa. Conmovida, la joven volvió a la casa para recuperar un poco ropa y comida para ofrecerle al hombre, pero luego ha reflexionado por el hecho que no habría podido cocinar o lavarse. A tal punto, la joven ha pedido ayuda a sus primos, Liliana y Jorge.
Los tres han pensado un poco por un momento y luego han decidido hacer la única cosa correcta: ¡ir a recuperar al anciano y llevarlo a la casa con ellos! Los jóvenes han acompañado a Don Felipe a su casa y lo pusieron en condiciones. Jorge lo ayudó a lavarse, luego lo ha vestido con ropa limpia, después han terminado cenando juntos. Un plato caliente, quizás el primero después de mucho tiempo. Los jóvenes luego han pedido ayuda y sugerencias sobre como poder cuidar del abuelo adoptado y han compartido la historia en las redes sociales. Muchos usuarios han contribuido con ropa y comida a la causa, mientras otros han sugerido a los jóvenes confiar a Don Felipe a un refugio para indigentes, donde los voluntarios se habrían podido hacer cargo de él sin problemas legales. Inicialmente lo han llevado a un hotel, luego han encontrado un lugar para él en uno de estos refugios para indigentes, donde Felipe se acercó a gente de su edad y ha podido tener un techo todo suyo.
Karla, Jorge y Liliana continúan siempre haciéndole visitas y están contentos que Don Felipe se haya recuperado de su situación. Ninguno debería dormir por la calle, ¡imaginemos a un hombre de 108 años!
