Por qué ninguna nueva mamá debería pasar demasiado tiempo sola

por Patricia Zorzenon

17 Junio 2021

Por qué ninguna nueva mamá debería pasar demasiado tiempo sola
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Convertirse en madre es una de las bendiciones más grandes que la naturaleza pueda ofrecerle al ser humano, convertirse finalmente en padres de un niño llena de alegría tanto a la madre como al padre, sin embargo en la sociedad en la que vivimos hoy nadie nos dice claro y sin rodeos que la paternidad, pero más aún la maternidad, no son en absoluto nada fácil, y que los padres sí deben prepararse para vivir un período de gran alegría, pero también de dudas, estrés, sufrimientos, dolores internos...

via Women's Health

Pixabay

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Para cada maternidad aparentemente perfecta está siempre en la esquina el espectro de la depresión posparto. Este síndrome afecta en su mayoría a las madres en los primeros meses, o incluso en los primeros años de vida del bebé y se caracteriza por un agotamiento psicofísico unido a pensamientos y convicciones de no estar a la altura de la tarea como padres, hasta intentan referir un sentido de rechazo y de frialdad hacia el propio hijo.

La realidad es que el bebé, sobre todo en el primer año de vida, no ve a la madre como la persona que le infunde amor, cariño, protección, nada tienen que ver las emociones y los sentimientos que siente el pequeño; él actúa solamente para satisfacer sus necesidades básicas, y por este motivo ve a a la madre como quien puede garantizarlas de inmediato.

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miweme/Flickr

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Pero cuidado, no nos estamos refiriendo al hecho que un niño que nació hace pocos meses actúe de manera deliberadamente egoísta, es que simplemente aún no ha desarrollado sus habilidades emocionales y cognitivas para reconocer las necesidades de los demás y no solamente las propias. Como consecuencia, una mamá puede sentirse siempre más "devorada" por las necesidades del pequeño, dejando poco a poco sentirse mujer y verse solamente mecánicamente como una madre a tiempo completo sin más espacio (mental y físico) para ella misma.

Por este motivo es esencial que una nueva madre que sufre de depresión posparto esté rodeada de una red segura de presencias y afectos que puedan apoyarla en cualquiera de sus necesidades, para que nunca permanezca o se sienta sola: una mano amiga, un pariente que puede venir a su casa a ayudarla con las tareas del hogar, o simplemente un rostro familiar que pueda sentarse junto a ella a escuchar sus desahogos, sus frustraciones, sus dudas y sus miedos.

Ninguna nueva mamá debería jamás quedarse sola o sentirse abandonada. Jamás.

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