Esta peluquera de 91 años todavía le corta los cabellos a sus clientas y no tiene la intención de jubilarse
Hay personas que no logran hacer menos que trabajar y que hacen de su propio oficio una verdadera y propia vocación. Margaret Sherlock, una hábil peluquera, abrió su primer salón de belleza a lo lejos de 1956 en Inglaterra y hoy, después de más de sesenta años, abre todavía las puertas de su negocio a las aficionadas clientas. No obstante tenga 91 años, Margaret no tiene alguna intención de abandonar los cepillos y tijeras para jubilarse. Como muchísimas personas dedicadas a su trabajo, Margaret tiene miedo que sus clientas se sientan perdidas sin su salón de belleza y no quisiera nunca darles ese disgusto a ellas. ¡Además, no es nada fácil encontrar un peluquera de confianza y estar plenamente satisfechos de su trabajo!
Hoy, Margaret, continúa abriendo su negocio 4 días a la semana y sus fieles clientas, algunas de las cuales van a hacerse el cabello con ella por al menos hace cuarenta años, están muy felices de frecuentarla. "No pienso de ningún modo jubilarme, ¡mis clientas estarían desconcertadas!" ha explicado Margaret, agregando que considera a muchas de ellas casi como una familia, después de todos estos años: "Siempre he tenido clientas fantásticas, con las cuales siempre me encontré bien. Muchas de ellas vienen al negocio desde hace años, de hecho las conozco mucho, tanto que algunas de ellas las considero como parte de mi familia. Me cuentan sus problemas".
Incluso la hija de Margaret, Linda, ha confirmado que su mamá continuará trabajando en el negocio hasta que el físico se lo permita.
Inicialmente, el negocio debía ser un modo para contribuir al balance familiar, pero la actividad habría debido ir adelante solo hasta que Linda, la primera hija de Margaret,creciera. En realidad, día tras día, el negocio ha crecido de prisa y también el marido de Margaret, Frank, se unió a esta nueva y fructuosa realidad de la época. Una mujer que siempre ha vivido para su familia y para su trabajo y que no ha traicionado las espectativas y el amor de quien estuvo a su lado.