A los 88 años todavía logra treparse a los árboles para recoger la fruta y venderla en su pueblo
La edad anagráfica es solo un número si se tienen las ganas, la tenacidad y la fuerza interior de sentirse todavía cargados de energía, como los adolescentes. Seguro, la tercera edad no es poca cpsa para todos del mismo modo, pero estamos suficientemente seguros que la historia de esta increíble abuelita de "solo 88 años" los hará volver a creer sobre muchísimos prejuicios que rodean la vejez y el período de la ancianidad:¿y quien ha dicho que cuando se es viejo no se es todavía determinado y enérgico?
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Esta es la historia de Demetría Euán, una mujer de 88 años que vive en Tizimin, en la península del Yucatán en México, tiene 88 años y todavía tiene la fuerza de una leona y logra hacer cosas que algunos jóvenes no sabrían como poner en práctica. Por todos en el pueblo es afectuosamente llamada Doña Mechita y es prácticamente una estrella en Tizimin desde el momento que no hace otra cosa que treparse sola sobre sus adorados árboles para recoger la fruta.
Por otra parte, como cuenta Demetria, ha nacido y criada en una familia pobre que vivía de la cosecha de la tierra y de la fruta que crecía entre las ramas y las hojas de los árboles; desde siempre acostumbrada a treparse sobre estos últimos, no ha dejado nunca subir sobre estos arbustos para recoger la bondad que crecía arriba, ¡ni siquiera después de haber cumplido la venerada edad de 88 años!
Cada mañana, Demetria apoya sus pies sobre el tronco del árbol de familia, la espalda derecha conta la pared de frente y comienza la bajada hacia las ramas y las hojas de caimitos, fruto típico de Sudaméric donde Doña Mechita es muy encariñada particularmente .
Cuando recoges los frutos de caimitos, Demetria es verdaderamente feliz y segura de si misma, aparte está siempre acostumbrada por sus padres a dar valor a todo o que nace y crece del terreno; obviamente, recoger caimitos es también una razón de vida para esta mujer tenaz, visto que estos gustosos frutos se los vende a las personas del pueblo: "Mi madre siempre ha sido una gran trabajadora, todavía hoy se levanta cada día a las 5 de la mañana y comienza a barrer el piso, a regar, a limpiar, a trabajar la tierra, en este momento es una persona muy feliz!", ha contado una de las hijas de Demetria.
No obstante su marido haya fallecido hace diez años, Demetria es acudida cada día por el afecto de dos de sus hijas y de sus muchísimos nietos, que no hacen que "gritarle" cada mañana cuando la ven treparse aventurosamente sobre su tan amado árbol de caimitos: aparte siempre ha sido su razón de vida y lo será todavía por mucho tiempo.
Querida Demetria, ¡habrás cumplito 88 años, pero eres una verdadera fuerza de la Naturaleza!
