Era pobre y se veía obligado a comer una vez al día: ahora es un joven con éxito que trabaja en la NASA
En el momento en el que te derrumbas y decides abandonar tu sueño de gloria, sufres una derrota personal que quedará siempre cosida a ti; la vida sigue, muchos de los sueños que teníamos no se concretan, y así pasamos nuestros días en la tristeza y en la insatisfacción; si tan sólo hubiésemos escuchado a nuestra vocecita que nos decía que no nos rindiéramos...
La historia de Antonio Macías es una gran lección de tenacidad y persecución de las propias metas; este joven cubano pasó por el infierno y ha vivido a flor de piel la pobreza absoluta antes de obtener el lugar de trabajo de sus sueños.
via Cubatel
Antonio Macías es un joven cubano con grandes sueños y grandes pasiones; en el lejano 2015, junto a su madre Milda, decidió abandonar su tierra natal para buscar una mejor vida más allá de las fronteras; por este motivo, madre e hijo primero se mudaron a Venezuela y después a Ecuador; pero sin lograr mejorar sus condiciones de vida.
Después de pasar hambre, Milda le propuso a su hijo de apenas 19 años un último sacrificio: cruzar territorio mexicano para entrar a los Estados Unidos, donde serían recibidos por un lejano pariente que vivía en Houston.
Después de un largo viaje y haber obtenido finalmente los permisos para entrar legalmente a los Estados Unidos, Milda y Antonio alcanzaron a su familiar en la ciudad estadounidense, pero después de poco tiempo el hombre dejó literalmente a esa pobre familia sola en la calle, sin un techo donde dormir y sin comida.
Milda y Antonio no sabían que hacer, no conocían aún el idioma inglés, no tenían dinero suficiente para poder pagar más de una comida al día; había noches en donde la madre y el hijo se conformaban con comer solamente una hamburguesa dividida en dos. Afortunadamente un amigo de la familia vivía cerca y cambió sus vidas para mejor...
Gracias a su ayuda, Antonio logró realizar muchos de sus sueños: finalmente tenía un techo seguro sobre el cual vivir con su madre, rápidamente aprendió el inglés y estudió mucho para convertirse en un profesional de gran éxito en la sede de la NASA de Houston, en Texas. Pero no termina aquí.
Después de encontrar un excelente trabajo en la agencia aeroespacial más famosa del mundo, Antonio Macías dijo que está por inscribirse y por afrontar un doctorado especializado en Ciencias Aeroespaciales, ¡su sueño de niño!
La madre Milda está muy orgullosa de este joven que nunca se rindió, a pesar de las grandes dificultades enfrentadas a lo largo de los años, nunca apagó el fuego de su talento, de sus pasiones y logró transformar su vida de pobreza absoluta en un ejemplo de perseverancia y éxito.
Después de todo, si pudo lograr este extraordinario joven cubano realizar sus sueños, podemos hacerlo también nosotros: ¡Muy bien Antonio!
