Señora de la limpieza estalla en lágrimas: sus empleadores le regalan la casa donde ha trabajado durante años
No hay vergüenza en trabajar como empleada doméstica y limpiar una o más casas que no son las propias para llegar a fin de mes; de hecho, muchas de las madres que tienen a cargo uno o más hijos y que tienen problemas en llegar a fin de mes eligen asumir el papel de mujeres de limpieza para llevarse a casa algún billete extra para garantizar pan, agua y bienes esenciales a sus hijos. Pero todo esto nunca es tan fácil, y lo sabe muy bien Cara Simmons, una madre de tres hijos que se encarga de limpiar casas para poder llegar a fin de mes.
via Daily Mail UK
Madre y mujer infatigable, muy profesional y atenta a su trabajo, Cara vive en Cleveland en los Estados Unidos y trabaja como empleada doméstica para la familia de Mary Jo, su patrona. Lamentablemente desde hace mucho tiempo las cosas no iban bien en la vida privada de la mujer: a pesar de hacer todo lo posible para llegar a fin de mes y llevar dinero a su casa para que pudiera satisfacer las necesidades de sus tres hijos, el agotamiento se apoderó de Cara.
Hospitalizada más de una vez por agotamiento nervioso y fuerte estrés, Cara no sabía que pronto sería "víctima" de una broma que literalmente le cambiaría la vida. Un día, Mary Jo llama a la mujer para decirle que vaya a su casa porque debía absolutamente conocer a la nueva persona que le daría trabajo. Una vez en el lugar, la empleada doméstica se dio cuenta que había algo que no iba bien: la nueva cliente, una actriz paga para la puesta en escena, le había dicho que la casa ya estaba limpia y que Cara debía solamente sentarse a la mesa y disfrutar de una cena gourmet a base de langostas: ¿qué estaba pasando?
Luego, de repente, suena el timbre de la casa de Mary Jo...
Afuera de la puerta había algunos repartidores que estaban transportando paquetes llenos de sus cosas personales dentro de la casa: Cara estaba en shock, no podía creer lo que estaba sucediendo, hasta cuando Mary Jo y la hermana de la empleada doméstica Glo Nicholson, le dijeron que todo era una puesta en escena y que ahora la casa era de ella. Cuando le dieron las llaves, le dijeron: "Esta es tu casa, puedes quedarte aquí toda la vida, puedes compartirla con tus hijos, puedes compartirla con tus nietos, ¡esta es para tí!"
Obviamente, Cara Simmons rompió en llanto; no podía creer que ahora tenía una casa completamente para ella y que el alquiler de su anterior departamento sería muy pronto un viejo recuerdo; la mujer abrazó a sus tres hijos y le agradeció de corazón a su patrona, quien había accedido al "traspaso de propiedad" con la complicidad de su hermana Glo.
Después de todo, Cara era una mamá y una trabajadora tan especial que se merecía un final feliz como ese: "Cara es una persona extraordinaria, una hermana extraordinaria, es altruista, trabaja duro. ¡Se quitaría su camisa para dártela y ayudarte!"
Y si lo dice la amorosa hermana, ¡podemos estar bien seguros de que es así!