Fruta y pan en bolsas en las paradas de autobús: una idea generosa para ayudar a los más indigentes en Brasil
"Cualquiera que lo necesite, tómelo. Quien pueda, done." Pandemia y desocupación han golpeado duramente a la población de Brasil. Por esto, los ciudadanos de Cacchoeirinha han creado espontáneamente paradas de autobús solidarias donde se dejan bolsas de fruta y pan para los más necesitados. Cualquiera que lo necesite puede encontrar bolsas de mandarinas, naranjas y bananas donadas por quienes no aceptan permanecer indiferentes ante el drama del hambre.
via Sò Noticia Boa
Una solución original
La caridad es una actividad que a menudo es sufrida como una humillación por quienes la reciben. Sin embargo, la crisis que afecta a Brasil en este período obliga cada vez más a las personas a pasar hambre. Y es así como en la zona de Cachoeirinha, ubicada en el sector urbano de Porto Alegre, los habitantes de un barrio han ideado una forma de solidaridad que permite a quienes lo necesitan alimentarse de manera digna. En numerosas paradas de autobús se cuelgan todos los días bolsas llenas de naranjas, mandarinas y bananas.
En los cables donde se cuelgan las bolsas de regalo, los vecinos han dejado un mensaje: "Quien lo necesita, que lo lleve. Quien pueda, done." De esta manera los pasajeros pueden elegir por tomar una de estas bolsas y llevarla a su casa o al trabajo, un sistema para poder llegar a fin de mes también en estos tiempos de pandemia.
La iniciativa...
Esta iniciativa ha sido realizada por un famoso artista local llamado Uilson Moreira Droppa, que es conocido por obras realizadas con materiales reciclables que han revitalizado diversos espacios libros de la ciudad. Una modalidad de vida que le ha llevado cotidianamente a Uilson a tener contacto con las personas más desfavorecidas de la sociedad brasilera.
De ahí su idea, que ha sido acogida con mucha simpatía por la población local: el barrio ha incrementado la oferta de productos que se pueden encontrar en las paradas del autobús. Ropa, cuadernos y hasta pequeños electrodomésticos se dejan para ayudar a los más indigentes sin herir su orgullo.
En general, se trata de donaciones que a los ciudadanos de este pueblo rural no les cuesta mucho y evitan otro problema desagradable: el desperdicio de comida. La fruta que es ofrecida proviene del excedente de la producción local o de las huertas del barrio que habrían corrido el riesgo de estropearse antes de consumirse. Una acción generosa, entonces, pero también funcional para la comunidad.
"Las huertas de los ciudadanos de nuestra ciudad a menudo están llenos de fruta que es consumida solamente de forma limitada. Entonces, frente al riesgo de ver tanta comida podrida, tuve la idea de recoger estas frutas y ofrecerlas en bolsas colgadas en las paradas del autobús." dijo el responsable de la iniciativa, Uilson Moreira Droppa, entrevistado por el períodico SóNotíciaBoa. Uilson vio que el espacio de espera de los autobuses era el lugar perfecto para realizar esta distribución tanto porque los andenes protegen a las bolsas de la lluvia, y porque son un punto de encuentro obligado para toda la población de la ciudad.
Una idea espontánea y generosa que podría ser aprovechada de manera más organizada por todas las municipalidades locales. ¡Un ejemplo para replicar!
